Diego Latorre quedó en la historia grande del fútbol argentino, marcado como un jugador con una elegancia y una calidad que se veía muy poco en aquel entonces. Además, formó una dupla ofensiva letal con Gabriel Omar Batistuta en el Club Atlético Boca Juniors, equipo donde tuvo dos pasos más que destacados. Sin embargo, en el tramo final de su segundo ciclo, la relación con los hinchas cayó en picada.
Con el paso del tiempo, su final estaba cada vez más anunciado y pasó de ser un jugador muy querido por los hinchas Xeneizes, a ser muy repudiado. Tiempo después, se fue y pasó a jugar en Racing, y allí ocurrió un hecho insólito, que quedó marcado para la historia: Gambeta tuvo la mala idea de hacerle un gesto a la hinchada azul y oro que no cayó para nada bien, tapándose la nariz.
Al día de hoy, ya retirado hace años, Latorre se volvió un respetado periodista. Y ahora, en diálogo con Flavio Azzaro, se animó a contar por qué se rompió esta relación con la hinchada: “Creo que fue un proceso general, obviamente que a mí me tocó en mayor medida porque era uno de los jugadores más simbólicos. Hubo un desgaste en el ánimo del hincha, porque cuando se pierde, se defrauda, o no se llega a cumplir el objetivo, evidentemente hay responsables. Y el responsable no es el 4 de la Reserva, si no son los jugadores que más representan la camiseta. Me parece que eso, por un lado, fue muy influyente”.
El desgaste en la relación Latorre-Boca
“El tema de Boca fue más pronunciado porque también me agarro en una época que me empecé a cansar de siempre ser ese centro, llevar el peso de equipos que no jugaban bien, salvo un tramo con el Bambino Veira. Fue un antes y después de esa época de Bilardo, que hizo una depuración”, continuó relatando el exfutbolista sobre su salida del Xeneize, y cerró: «Encima no me había pedido Carlos Bilardo, sino que fui una apuesta de Macri, se dio todo eso muy revuelto hasta que yo también entre en un cansancio y dije ‘bueno, mi ciclo se cumplió“.
