Exequiel Zeballos siempre da que hablar en el Mundo Boca. El Chango llegó al club a mediados del año 2015 cuando solo tenía 13 años, y siempre se mostró como un jugador atrevido, diciendo que su sueño era «jugar en La Bombonera y tirar magia«. Finalmente, ese deseo se cumplió y de forma inmejorable, ni más ni menos que en un Superclásico ante River, con triunfo incluido y clasificación a la Copa Libertadores 2026.
El extremo, pese a solo tener 23 años, pasó por todo tipo de situaciones y altibajos que llegaron a poner en duda su futuro futoblístico. Con solo 18 años le tocó debutar en Primera en la Copa Diego Maradona. Desde ese entonces ya cautivaba a los hinchas y apilaba elogios de parte de fanáticos y hasta del propio Juan Román Riquelme. Su primera picardía llegó ante Central Córdoba en el 8-1 en diciembre de 2021, picando un penal y sacando la lengua.
Ya con Sebastián Battaglia como DT, el Changuito era una fija en el once, pero también allí comenzaron los fuertes dolores de cabeza. En el duelo por Copa Argentina ante Agropecuario, Milton Leyendeker le pegó una criminal patada que lo mandó directo al quirófano. 143 días después volvió a jugar, pero su menisco pasó a ser el problema y volvió a verse obligado a salir de la cancha por 61 días más. Luego, la rodilla otra vez lo sacó varios meses de la actividad.
En 2023, ante Belgrano, se cortó el ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha. Pero pese a los golpes, a las tristezas por cada lesión, Zeballos siempre volvió. “Resiliencia, hay que seguir para adelante, esto pasa”, le decía en su momento a la gente de El Canal de Boca.
Este 2025 volvió en el Mundial de Clubes, con una participación que pasó desapercibida. Y en el Clausura estuvo algunos partidos afuera, pero finalmente su físico encontró paz, su mente serenidad y comenzó a brillar nuevamente: Buenos ingresos, goles, asistencias y una sonrisa que volvió. Fue el más activo del Superclásico y fue clave para un triunfo del que se fue aplaudido por la gente cuando dejó la cancha. Luego, las cámaras lo captaron emocionado hasta las lágrimas por la alegría de cumplir su sueño.
