Boca no fue ni será intervenido por la Justicia, una sombra que amagó a recaer sobre Brandsen 805 cuando las elecciones de 2023 parecieron paralizarse en el terreno jurídico. Detrás de la disputa entre Juan Román Riquelme–Andrés Ibarra (en verdad entre el máximo ídolo y Mauricio Macri), el club boquense convivió un par de semanas con una posible intervención, un hecho que la institución sufrió en 1984 durante una crisis que no tenía ninguna similitud con la situación actual según rememoró el periodista Andrés Burgo para la web de TyC Sports.
El dato simbólico de un “Xeneize” intervenido hace 41 años fue que la dirigencia anunció el pedido de ayuda al gobierno nacional de Raúl Alfonsín, en pleno vestuario visitante del Monumental, al final de una derrota en el Superclásico del domingo 11 de noviembre de 1984. “Boca, el glorioso Boca, completamente desorientado, se humilla: aunque parezca increíble, el club cita a la prensa para comunicar la decisión en el vestuario visitante del Monumental después de perder contra River 4 a 1”, reconstruyó quien terminaría siendo el interventor, Federico Polak, en un libro publicado en 2019.
Minutos antes del anuncio,los juveniles del conjunto azul y oro que habían reemplazado a los profesionales en huelga habían perdido 4-1 ante el “Millonario” de dos astros de la casa, Norberto Alonso y Enzo Francescoli, cada uno autor de dos goles. Con La Bombonera con pedido de remate, el plantel paralizado y un retraso de varios meses en los sueldos de los empleados, la goleada fue el golpe final para un equipo que ya había decidido solicitar el auxilio judicial dos días antes, el viernes 9 de noviembre.
Sin embargo, el anuncio de la solicitud ocurrió en el Monumental y, así como algunos derbi provocaron las renuncias de Directores Técnicos (César Menotti en 1994, Miguel Brindisi en 2004 y Alfio Basile y Claudio Borghi en 2010 como víctimas del cuadro de la Ribera, y Ramón Díaz en 2000 en la banda roja), el match por la fecha 32 del Metropolitano 1984, jugado el 11 de noviembre de ese año, podría ser denominado “el clásico de la intervención”.
La coyuntura de la entidad boquense versión 1984 era desastrosa.El Presidente electo en diciembre de 1983, Domingo Corigliano, ya había perdido todo poder. Con el Alberto J. Armando suspendido y en riesgo de derrumbe, el elenco alquilaba estadios y llegó a ser local en el mismísimo Antonio Vespucio Liberti, el reducto de su archirrival.
