El clima en River es de máxima tensión tras la derrota ante Gimnasia y Esgrima La Plata en el Monumental, resultado que agravó una crisis que ya preocupa puertas adentro. En este contexto, Marcelo Gallardo sorprendió con una determinación que pocos esperaban, justo antes del duelo decisivo frente a Boca.
De acuerdo con fuentes cercanas al cuerpo técnico, el entrenador optó por suspender su conferencia de prensa y otorgar el lunes libre a todo el plantel, algo poco habitual en la previa de un Superclásico. La idea del “Muñeco” fue descomprimir el ambiente luego de un domingo cargado de frustración y permitir que los jugadores recarguen energías antes de retomar los entrenamientos.
Una semana clave para River
El regreso al trabajo está previsto para este martes en el River Camp, donde Gallardo comenzará a definir la estrategia y la formación para el partido más esperado del semestre. El cuerpo técnico dispondrá de cinco sesiones de entrenamiento antes del viaje a La Bombonera, en lo que será una auténtica cuenta regresiva.
El encuentro ante Boca no solo implica el orgullo deportivo, sino también la posibilidad de mantener vivas las chances de clasificar a la Copa Libertadores 2026. Por eso, Gallardo buscará un equipo equilibrado, con futbolistas que puedan responder emocionalmente a la presión que impone este tipo de partidos.
Recuperar piezas clave
Entre los principales objetivos de la semana figura la recuperación de dos nombres fundamentales: Gonzalo Montiel, que arrastra un esguince leve de rodilla, y Sebastián Driussi, quien sufre una distensión muscular. Ambos serán evaluados día a día por el cuerpo médico, con la esperanza de que puedan llegar al Superclásico en condiciones.
Más allá de las dudas físicas, la prioridad de Gallardo pasa por reconstruir la confianza del grupo. El entrenador entiende que el equipo necesita un golpe anímico fuerte y que el Superclásico puede marcar un antes y un después en su continuidad al frente de River.
Días de definición
El duelo contra Boca Juniors será más que un partido: podría definir el rumbo del ciclo Gallardo. Con el equipo en caída libre y el ánimo por el suelo, el DT apostará todo a una reacción inmediata. Si River logra una victoria, habrá alivio; si no, el futuro del entrenador quedará completamente abierto.
