Una noticia sacudió el entorno de Boca. Mientras el equipo pelea por avanzar a los octavos de final del Torneo Clausura 2025 y asegurar su lugar en la próxima Copa Libertadores, Juan Román Riquelme ya planifica el futuro. El presidente xeneize tomó una decisión clave sobre el puesto que irá a reforzar y apunta alto para el próximo mercado de pases.
Tras la disolución del Consejo de Fútbol, que derivó en las salidas de Raúl Cascini y Mauricio Serna, Riquelme asumió el control total de las negociaciones. Su mano derecha será Marcelo Delgado, y juntos apuntarán a mejorar una zona que preocupa desde hace tiempo. Según pudo saberse, el principal objetivo será contratar un centrodelantero de jerarquía para cambiarle la cara al equipo.
El “9”, prioridad máxima para Riquelme
El diagnóstico es claro. Las lesiones constantes y el bajo nivel de los actuales delanteros encendieron las alarmas. “Necesitamos un goleador que marque la diferencia y cambie la historia en el área rival”, fue la frase que habría resonado en el entorno del presidente. La falta de eficacia frente al arco rival se volvió uno de los principales problemas de Boca en esta temporada.
Nombres como Edinson Cavani, Miguel Merentiel y Milton Giménez no lograron alcanzar el rendimiento esperado. El uruguayo estuvo más tiempo lesionado que disponible; el ex Defensa y Justicia atraviesa un bajón futbolístico notorio; y el ex Banfield no consigue regularidad. Con ese panorama, Riquelme sabe que debe actuar rápido si quiere un salto de calidad en 2026.
Un cambio necesario para recuperar la potencia
La idea del presidente es clara: Boca necesita variantes y jerarquía en el ataque para volver a ser protagonista. Con la Copa Libertadores 2026 en el horizonte, el club apunta a incorporar un delantero con experiencia internacional y capacidad para soportar la presión de la Bombonera. “Queremos alguien que se ponga el equipo al hombro y haga goles importantes”, aseguraron desde el entorno del club.
Riquelme y Delgado ya comenzaron a analizar opciones en distintos mercados y no descartan un golpe de efecto que sacuda el panorama local. El objetivo es reforzar con inteligencia, apostando por un nombre que garantice goles y devuelva la confianza perdida. Boca se prepara para un mercado caliente donde las decisiones pueden definir su futuro inmediato.
Una nueva etapa en Boca
Más allá de la búsqueda de refuerzos, este movimiento marca el inicio de una nueva etapa institucional. Riquelme quiere un equipo competitivo, con hambre de gloria y preparado para pelear todos los frentes. Su gestión apunta a un solo destino: que Boca vuelva a ser protagonista en Sudamérica. La próxima ventana de transferencias será el primer paso de ese ambicioso plan.
