Tras conquistar la Copa Libertadores con Flamengo, Giorgian De Arrascaeta no se guardó nada en su celebración. En una nota tras el triunfo por el Brasileirao, el uruguayo sintetizó el momento con emoción: “Es difícil de explicar los sentimientos… este grupo lo merecía, trabajamos mucho durante todo el año y estamos recogiendo los frutos”. Esa honestidad ganó titulares, pero fue lo que dijo después lo que realmente generó impacto.
La frase que encendió las alarmas en Boca
Ya con las copas ganadas, en diálogo con TV Globo, De Arrascaeta lanzó una declaración directa: “Para mí Riquelme es, como dicen, un ídolo desde niño”. La confesión puso en marcha una ola de especulaciones en el ambiente xeneize, donde muchos hinchas tomaron sus palabras como una clara señal de deseo de regreso al fútbol argentino con la camiseta azul y oro.
Viejos rumores, nueva ilusión
Hace años que el nombre del volante suena en los pasillos del club. En 2024, cuando su pase era mencionado tanto por Boca como por otro grande como River, De Arrascaeta tuvo un gesto abierto a la nostalgia: ante un comentario sobre preferencias, respondió con un “Jajaja claro ringui”, lo que muchos interpretaron como una afirmación sutil hacia su deseo de jugar en Argentina. Pese a eso, nunca se concretó una oferta formal: su salario en Brasil resultaba muy alto y Flamengo mantenía su cotización elevada.
El costo de una posible operación
Con 31 años y consolidado como figura en el campeón de Brasil, su ficha hoy está valuada en 15 millones de euros, según estimaciones de Transfermarkt. Una cifra alta para Sudamérica, lo que aleja por ahora cualquier negociación concreta, aunque su reciente declaración reavivó esperanzas entre dirigentes y fanáticos.
¿Realidad o deseo aspiracional?
Con contrato vigente en Flamengo hasta 2028, De Arrascaeta parece cómodo en su situación actual. Pero sus palabras resonaron fuerte: no cerró ninguna puerta. En Boca, algunos ya empezaron a planear posibles escenarios, aunque saben que la operación sería compleja por su valor y su estado contractual.
Si bien aún no hay nada formal, esta confesión podría cambiarlo todo: lo que parecía un rumor más, hoy volvió a quedar sobre la mesa como posibilidad real. Y en medio de un mercado movido, todo puede pasar.
