Durante los operativos especiales realizados por la Ciudad de Buenos Aires en la Nochebuena y la Navidad, se llevaron adelante controles de alcoholemia en más de 30 puestos ubicados en puntos estratégicos. En total se efectuaron 5.394 testeos, de los cuales 30 conductores arrojaron resultado positivo, motivo por el cual se procedió a la retención de sus licencias de conducir.
Según un informe al que accedió la Agencia Noticias Argentinas, la tasa de positividad fue del 0,47%, un valor que mostró una baja en comparación con el año anterior. En Navidad de 2024 se habían realizado 5.399 controles, con una tasa de alcoholemia positiva del 0,83%, lo que refuerza la tendencia descendente en este tipo de infracciones durante las fiestas.
Del total de conductores sancionados en estos operativos, 11 registraron dosajes superiores a 1 gramo de alcohol por litro de sangre, mientras que otros 19 se ubicaron entre 0,5 y 0,99 gramos. El nivel más alto detectado durante los controles fue de 1,74 gramos, una cifra considerada de alto riesgo para la conducción.
Control de alcoholemia después de la Nochebuena: hubo 30 positivos desde anoche hasta ahora
— C5N (@C5N) December 25, 2025
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Límites y sanciones
Los límites vigentes en la Ciudad establecen un máximo de 0,5 gramos de alcohol por litro de sangre para conductores de autos particulares, 0,2 gramos para motociclistas y 0,5 gramos para acompañantes de motos. En el caso de principiantes y conductores profesionales, la tolerancia es cero, en el marco de una política de alcohol cero que apunta a reducir los siniestros viales.
Los controles se complementan con un régimen de sanciones más estricto para quienes conducen bajo los efectos del alcohol. En todos los casos se retiene la licencia, se acarrea el vehículo y el conductor queda inhabilitado por un mínimo de dos meses, sin posibilidad de ceder el volante. Además de afrontar multas que varían según el dosaje, los infractores deben presentarse ante la Dirección General de Administración de Infracciones o la Justicia contravencional y cumplir con un curso obligatorio de educación vial de ocho horas.
Desde el Gobierno porteño recordaron que en la Ciudad uno de cada cinco siniestros viales fatales está vinculado al consumo de alcohol. Por ese motivo, durante las Fiestas se refuerzan los operativos preventivos que se desarrollan de manera permanente en las 15 comunas, con el objetivo de disuadir conductas peligrosas y reducir la siniestralidad.
