Tras la consagración en la Copa Libertadores 2000, la tercera en la historia de un Boca que no la conquistaba hacía 22 años, Cristian Traverso sufrió una pubalgia que no le permitía entrenarse con normalidad. «Me paraba como un viejo de la cama, estornudaba y me dolía el pubis», contó en la sección Líbero Vs., en exclusiva con el canal de televisión TyC Sports.
Más allá de esta situación, él hacía todo lo posible para estar en la cancha cada domingo:»Yo me pinchaba, me masajeaba, casi ni entrenaba y jugaba. Y yo creía que Carlos (Bianchi) eso me lo tenía que respetar». Sin embargo, el Director Técnico priorizaba a otros jugadores en su lugar: «Carlos me limpió porque yo no estaba bien y estaba ‘Chicho’ (Serna). Tuvimos un altercado en un entrenamiento y me echó. Me dijo ‘le estás faltando el respeto a tus compañeros’, me c… a pedos adelante de todos. Y dije, ‘ahora me recupero de la pubalgia’ y me empecé a tratar».
Estuvo casi tres meses sin presencias en el campo de juego y, a falta de dos días para la partida de la delegación boquense hacia Japón, Batista, uno de los ayudantes del “Virrey”, le comentó que iba a formar parte de la misma. «Yo ya estaba bien hacía un mes y no me ponía. En un momento dije, ‘estoy afuera’ y me metió último», reveló.
Una vez allí, el ex futbolista develó que hubo una charla del entrenador que unió a un vestuario con muchos egos y muy difícil de administrar.“Entraron a jugar otras cosas que se nos fueron de las manos. En esto de pensar que tenemos la razón siempre nosotros los jugadores, se te van las cosas de las manos. Carlos lo entendió en aquel famoso partido con el Madrid. Ahí creo que hubo un antes y un después: ‘Muchachos, estamos en esta instancia por todo lo que hemos realizado’. Fue emotiva esa charla y yo creo que la necesitábamos tener nosotros, pero él se anticipó y la vio”, explicó.
Debido a un doblete de Martín Palermo, el “Xeneize” se puso en ventaja antes de los 10 minutos, un escenario igual de ideal que de inesperado.“Yo no soy de ir a festejar y en el segundo gol me arrimo y le digo a Pepe (Basualdo) ‘¿estamos 2 a 0 de verdad?’”, expresó, todavía incrédulo por aquella ráfaga de goles.
