Juan Román Riquelme cerró un año complejo al frente de Boca, marcado por una mejora futbolística en el tramo final que no alcanzó para evitar la eliminación frente a Racing. Con la frustración todavía latente, el presidente apunta ahora a rearmar el plantel y volver a posicionar al club en el plano continental.
Bajo ese marco, el Consejo de Fútbol de Boca, liderado por Riquelme, no perdió tiempo y ya trabaja en la reestructuración del plantel de cara al 2026. Con el firme objetivo de jerarquizar el equipo para los próximos desafíos, la prioridad absoluta del presidente es encontrar al socio perfecto de Leandro Paredes, eje central del campo de juego.
El volante que quiere Riquelme para Boca
El nombre que encabeza la lista de deseos es Santiago Ascacibar. El volante de Estudiantes de La Plata, reconocido por su despliegue y combatividad, es el elegido por la dirigencia. Riquelme lo considera vital, pues puede aportar equilibrio y marca en una zona delicada. Si bien Boca ya realizó un intento formal por el futbolista a mitad de año, el cual fue rechazado, las condiciones actuales podrían favorecer un desenlace positivo en las próximas semanas.
Según trascendió, Ascacibar tendría la firme intención de cerrar su ciclo en el club platense, donde todavía le resta un año de contrato. Esta postura del mediocampista obligaría a la institución a sentarse a negociar para evitar que el jugador se marche libre. No obstante, la operación no será sencilla desde lo financiero: Estudiantes pretende recibir una cifra cercana a los 6 millones de dólares para concretar la venta de su figura. Riquelme toma nota de todo esto.
La urgencia de Boca por avanzar en las gestiones también responde a factores del mercado interno. Existe la posibilidad de que Milton Delgado reciba una oferta del fútbol ruso. Esto aceleraría la necesidad de asegurar un reemplazo de jerarquía. Además, la competencia es alta, ya que clubes como River y Santos de Brasil también tienen interés en los servicios del volante.
Por ahora, Riquelme analiza los pasos a seguir sin haber presentado aún una propuesta formal, aunque el interés sigue más vigente que nunca.
