El lugar donde se vendían la drogas envenenadas se lo conoce como Puerta 8, un barrio ilegal en la provincia de Buenos Aires y muy carenciado, donde los pasillos estrechos y los caminos inundados imposibilitan una caminata sin sostenerse entre las paredes. Hay rejas en ventanas y algunos lugares directamente están tapeados con trozos de madera, lo que refleja la inseguridad en la que viven las familias en el lugar donde se venden.
«Este es el pasillo en el cual encontraron el bunker que fue protagonista del allanamiento de ayer, cuando estuvo presente el ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, Sergio Berni, y ahora hay 8 agentes del Ministerio de Seguridad. Sin custodia policial no hubiéramos avanzado hasta este punto», sostuvo el cronista que transmitía la noticia desde el lugar para América 24.
En gran parte de los pasillos angostos cuelgan cables de una red eléctrica ilegal que están instalados en postes de madera inclinados y con poca estabilidad. En el trayecto todas las casillas estaban sin pintar en su exterior, salvo una que resaltaba por el color azul en sus paredes. Ese habría sido el hogar de las drogas que contenían el veneno.
Varias de las casillas están sin terminar y la mayoría disponen de techos de chapa colocados de forma precaria. Algunos tienen en sus terrazas endebles instalaciones para ver televisión prepaga por satélite. Todas las puertas son de hierro y las ventanas en general son de dimensiones pequeñas y están totalmente cubiertas por varillas de metal.
En el camino que comunica a distintos hogares hay elementos cortantes, chapas y fierros que incomodan el paso. La altura de las paredes no superan los 2 metros e incluso hay árboles entre medio de las casas. Por ahora, sigue la investigación y todavía no se sabe qué elementos tenía la droga adulterada. Lo cierto es que Berni confirmó que no se trató de una guerra entre narcotraficantes.