La situación de la exgobernadora María Eugenia Vidal es cada vez más compleja, teniendo en cuenta el avance de la investigación y los testimonios de los supuestos involucrados en el armado de la “mesa judicial”. Ahora, lejos de ahuyentar las hipótesis sobre la persecución a dirigentes sindicales, el abogado y periodista Hugo Alconada Mon, miembro de la polémica reunión, brindó una confesión que complica a la funcionaria.
El acusado fue citado por el juez federal Ernesto Kreplak no solo para ser interrogado por la causa Gestapo, sino también por su libro escrito en 2018, “La raíz”, con testimonios acerca de una posible fundación de grupos políticos organizados para combatir los sindicatos. “Allí ya daba cuenta de una mesa antisindical en la cual se sentaban funcionarios del Gobierno de Vidal, empresarios, pero también, y reconocidos por el Gobierno, directivos de la AFI”, detallaron en C5N.
Al preguntarle Kreplak si ratifica lo que dice en el libro, Alconada Mon confesó que sí. “Un funcionario bonaerense aludió a una reunión que se habría desarrollado en el Banco Provincia, con empresarios y funcionarios, e incluso me contó que habrían participado dos agentes de la AFI”, explicó el periodista durante la citación judicial. Luego, según el informe, indicó que “había cometido un gran error” al participar de la reunión, y que por eso empezó a eludir las llamadas de los demás integrantes de la mesa.
“Había confesado la existencia de reuniones de articulación entre la Agencia Federal de Inteligencia, que por entonces gobernaban Gustavo Rivas y Silvia Madjalani, y el Gobierno de María Eugenia Vidal. Por eso, estaban avanzando en lo que eran actividades prohibidas por ley”, expusieron. Aunque no es una investigación sobre la reunión de 2017, sirve como cable para desestructurar la coartada de la actual diputada nacional, quien alegó desconocer el armado de un plan sistemático contra dirigentes como Juan Pablo “Pata” Medina y Pablo Moyano.
Coartada de María Eugenia Vidal
La explicación de la exgobernadora sobre el plan para marcarles la cancha a los sindicatos se basó en que “fueron investigados por la justicia y no por mi gobierno, con pruebas claras y concluyentes, por lo que se pidió su detención”. Además, los chicaneó por autoproclamarse como “perseguidos”, cuando en realidad, según ella, estaban cometiendo actos ilícitos tales como corrupción, asociación ilícita y coacción agravada.
Sin embargo, también fue cuestionada por su silencio prolongado después de conocerse el video. “El kirchnerismo quiere armar un circo para tratar de mostrar que todos somos iguales y no somos todos iguales: la primera diferencia es que yo estoy acá dando la cara. Lamentablemente tuve una angina de varios días y por eso demoré y estoy acá sentada, pero no me voy a escapar ni voy a dejar de dar la cara”, señaló, a pesar de que después se comprobó que había ido a un restaurante y, después, a la playa.
Más contradicciones
También existen contradicciones y entrecruzamientos entre otros acusados. Uno de ellos es el de Julio Conte Grand, procurador bonaerense, y Marcelo Villegas, exministro de Trabajo de la provincia de Buenos Aires. Mientras que el último apuntó contra el funcionario por conocer la organización de estos encuentros y comunicaciones, el otro declaró no tener nada que ver, aunque reconoció que fiscales generales están involucrados en la causa.
Todavía falta que el exministro declare ante la Bicameral, ya que no se presentó para ofrecer su testimonio. Una de las cuestiones que tendrá que explicar es por qué se reunió con directivos de la AFI, a pesar de que no está en sus funciones hacerlo. Otra de las preguntas es acerca de Conte Grand, quien se desligó de las acusaciones por más que se le haya descubierto el teléfono encriptado de la Agencia.