La provincia de Santa Cruz, gobernada por Alicia Kirchner, está en la mira por exigir el pase sanitario obligatorio en las escuelas, pese a que el Gobierno nacional, al cual ella pertenece y milita, recomienda el certificado a partir de los 13 años y en ciertos lugares, como bares, restaurantes, eventos masivos, entre otros. Al no dejar pasar a alumnos que no contaban con dicha documentación, padres y docentes denunciaron el hecho.
En la filmación grabada el lunes por un testigo de la situación, se observa cómo una profesora está en la entrada del edificio tomando lista de aquellos estudiantes que tienen o no el pase. Asimismo, se puede ver cómo una madre, mientras llora, se vuelve con su pequeña hija por interrumpirle la entrada a la institución. “El Consejo de Educación de Santa Cruz dijo que los alumnos no vacunados no podrán concurrir a las clases presenciales”, informaron en LN+.
De esta manera, separaron a los alumnos vacunados y no vacunados, diciéndoles a los padres del segundo grupo que los hijos son un “peligro para la sociedad” y que no podían tomar clases de manera presencial. La decisión se tomó repentinamente el día domingo, luego de que el Consejo se reuniera con las autoridades institucionales educativas.
La situación se torna más grave para los niños de preescolar. Una mamá denunció que no dejaron entrar a su hijo de 2 años, a pesar de que la vacunación está habilitada a partir de los 3. Por otro lado, Mario Requelme, un docente de Ética y Ciudadanía de El Chaltén, contó su experiencia el primer día de clases y cómo tuvo que enfrentar la medida tomada a último momento.
Los testimonios
“Llegué a ver a docentes, que son madres y padres con hijos pequeños, llorando en la institución y en los cursos al ver que no permitían el ingreso. Es muy doloroso”, comentó. “Ahora están todos enfrentados, en la escuela hay mucha tensión. Hay muchos docentes que no saben todavía qué hacer; yo mismo no sé cómo proceder. Tengo ganas de decir que vamos afuera y que no voy a dar clases si no están todos los chicos en clase”.
“Ayer ví cómo segregaban a niños pequeños y los llevaban a otra aula. No me parece para nada, me parece que es generar violencia, generar segregación. Importa que son niños, importa que es un derecho el acceso a la salud”, contó angustiado el profesor. “Las cosas operaron mal y se hicieron mal, pero lo que realmente importa es que está habiendo violencia y los niños están pagando por las decisiones políticas”, expresó mientras anunciaba que daría clases en la puerta de la escuela, o no daría.
Aimé, la mamá del niño de 2 años, comunicó que está atada de manos ante esta decisión, ya que a nivel nacional no está permitido vacunar a personas menores de 3 años. Asimismo, tiene a dos niños en primaria que cuentan con las dos dosis. “En primaria, el ingreso fue con mucha incertidumbre, no sabíamos si iban a dejar entrar a todos los chicos o no. Finalmente, dejaron que ingresen todos pero, una vez que ingresaron, pasaron por cada salón preguntando quiénes estaban vacunados y quiénes no. Luego, se los llevaron separados en otra aula y sin docentes”, detalló.
También describió la sensación de los chicos ante la separación que se realizó, y también lo vivieron con mucha tristeza. No solo se los sacó de su entorno, sino que tampoco se les brindó clases, de modo que les negaron el derecho a la educación. Con respecto al jardín de infantes, muchos niños están viviendo lo que su hijo de 2 años sufrió, porque “no está contemplada” la situación.
Falta de respuestas
Ambos denunciaron al poder político por no generar los espacios de educación alternativa para aquellos chicos que no pueden ingresar y por la violencia que desataron en las escuelas. La respuesta de las autoridades, por ahora, fue que los chicos no vacunados tengan una hora y media por semana, algo inaceptable para profesores, padres y alumnos que necesitan de la educación y de sus compañeros.