Este verano, a diferencia de lo que ocurrió en el 2020, las personas en Argentina pueden viajar y elegir el destino en el que quieren vacacionar. No obstante, 7 de cada 10, es decir, el 70% llevó a adelante cambios en sus planes de descanso a raíz de la pandemia de coronavirus, según un estudio realizado por la consultora Management and Fit.
Esta mañana en diálogo con Jorge Lanata en Radio Mitre, la directora de la empresa que hizo el estudio, Mariel Fornoni remarcó que «casi 2 de cada 10 encuestados se quedó en la casa por miedo a enfermarse». Además del coronavirus, otro factor que influyó fue el poder adquisitivo, ya que, «6 de cada 10 no pudieron viajar por situaciones económicas».
En esa línea explicó que «la gente tiene miedo de ir a un destino en el que esté contagiado y no tenga un seguro médico» y a modo de ejemplo, puntualizó que «un 24% dijo que Brasil le generaba bastantes dudas por su manejo de la pandemia». Por lo tanto, subrayó que «fue un mix entre el miedo a la pandemia y la situación económica» y en ese sentido, agregó que «8 de cada 10 viajeros eligieron destinos nacionales» con el objetivo de ir a lugares que se encontraran «más cerca».
Como otra cuestión que incidió, la entrevistada recalcó que «el hecho de que cuando comenzó la pandemia hubo personas que viajaron y se quedaron varadas en el destino más los vuelos cancelados y los seguros médicos que no cubrían prestaciones fuera del país». Luego volvió a hacer hincapié en lo económico y marcó que el irse menos días de vacaciones «es un fenómeno que viene sucediendo hace un tiempo».
«En este caso la situación acortó más las vacaciones y sobre todo en destinos internacionales», detalló y contó que «el destino más breve fue Uruguay» porque para los argentinos queda cerca. En ese contexto, aseguró que «la situación económica hoy no permite extender el período (de vacaciones) tanto tiempo. Es por eso, que señaló que «se planteó un tope de 5 mil pesos diarios de gastos» y marcó que «uno eso lo ve», ya que, «cuesta ver gente consumiendo».
En consecuencia, si bien destacó que «Mar del Plata, por ejemplo, está repleta de gente» y afirmó que «hace tiempo no tenía una temporada como la que tuvo, casi el 36% de la gente se movió por la Costa Atlántica», aclaró que «hay que ver cómo queda el saldo en relación al consumo».
¿Cambio de costumbres en vacaciones a raíz del Covid?
«Una costumbre que cambió es que se mira mucho el clima y se define a último momento», remarcó Fornoni, que además detalló que «por el Covid-19 un 35% dijo que no iba a asistir a eventos masivos y otro 35% dijo que había modificado porque no iba a permanecer en lugares bastante concurridos» mientras que «solo un 20% dijo que no modificó nada sus vacaciones», finalizó.
La perdida del poder de consumo del salario
En la actualidad el poder de compra de un empleado del sector formal equivale a seis salarios menos que en 2017, según un estudio del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf) que además indicó que para un trabajador del Estado la baja fue del 7,5% y para alguien que pertenece al ámbito de la informalidad la pérdida fue igual a 10 meses de sueldo.
En esa línea, el 21 de enero pasado, el economista Nery Persichini en una charla con Eduardo Battaglia en el ciclo Buenos Días América, puso el foco en la evolución del salario en Argentina y recalcó que «a fin de la convertibilidad teníamos un salario en dólares, corregido por la inflación norteaméricana, de 1.080 dólares» y añadió que «ese valor fue previo al de las PASO, que estabamos en 1.060», lo que muestra que «el salario de fines de los 90 se condecía bastante con agosto 2019».
Sin embargo, subrayó que «hoy ese sueldo en mano es de 461 dólares». Con esas cifras, detalló que «en la convertibilidad se tomaba el dólar 1 a 1, en las PASO se tomó el dólar a 45 más o menos y en el máximo de la gestión de Cambiemos, que fue en noviembre 2017, casi 1.700 dólares, el sueldo promedio bruto». En un paralelismo con la administración de Cristina Kirchner, puntualizó que el «máximo fue de 1.500». «Pero fue brutal», aseguró, ya que, «en cuatro años pasamos de 1.700 a 461, es decir, que 73 dólares que teníamos se evaporaron literalmente en un muy poco tiempo», cerró.