La quita de subsidios o los recortes sobre los mismos parecen ser la primera medida a mano que tiene el Gobierno nacional para reducir los gastos, algo que exigió el Fondo Monetario Internacional (FMI) en su principio de acuerdo con Alberto Fernández. El distrito más afectado es la Ciudad de Buenos Aires, donde traspasarán 32 líneas de colectivos y reducirán la ayuda estatal en la energía.
En este sentido, el secretario de Transporte de la Nación, Diego Giuliano, adelantó que el «el jueves nos reuniremos en el ministerio de transporte de la Nación” para definir si efectivamente lo harán o no. Sus argumentos para llevar a cabo esto son que «la Ciudad de Buenos Aires debe recuperar su autonomía» y «una visión federal» de parte del Estado para este tipo de temas.
A su vez, el funcionario aclaró en Radio 10 que «este tema se está analizando junto a la Ciudad de Buenos Aires» por lo que todos están al tanto de lo que viene sucediendo y no será algo repentino. En este sentido, reveló que «más de la mitad del subsidios de todo el país se está otorgando al transporte de CABA» y que se necesita un ajuste estatal para poder recuperar el dinero necesario para el Fondo.
No dan la solución: el Gobierno no quiere aumento de tarifas
Una de las consecuencias que podría tener esta quita de la ayuda estatal a los colectivos es un aumento en el boleto aunque Giuliano aseguró que «la primera reacción de la Ciudad de aumentar la tarifa es la solución rápida y con menor imaginación” aunque tampoco dio una alternativa de que estrategia implementar para que no afecte al bolsillo de los argentinos.
Instantes después reiteró que “el aumento de tarifas no es necesario, ni automático”. Con estos dichos busca desligarse la responsabilidad del aumento en el transporte público y lo deja en manos de Horacio Rodríguez Larreta, jefe de gobierno porteño que sigue luchando para evitar esto porque reconoció que no están en condiciones económicas de costear este gasto.