El canciller de Rusia, Sergei Lavrov, advirtió este miércoles que si estallara una Tercera Guerra Mundial por la invasión a Ucrania «sería nuclear». El funcionario de Vladimir Putin habló tras el mensaje del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y replicó la embestida de Occidente a través de sanciones financieras. «Rusia tiene muchos amigos y es imposible aislarla«, afirmó el diplomático.
«Biden tiene experiencia y sabe que no hay alternativa a las sanciones, sino a la guerra mundial«, afirmó Lavrov en una entrevista con la cadena Al Jazeera, replicada por múltiples agencias internacionales. Y agregó: «La Tercera Guerra Mundial sería una guerra nuclear devastadora«. Este nuevo mensaje de Moscú se suma a las advertencias emitidas por Vladimir Putin y altos rangos del Kremlin sobre represalias a cualquier país que se entrometa en el conflicto en Ucrania.
En tanto, el funcionario argumentó la invasión rusa en Ucrania al subrayar que fue impulsada, entre otros motivos, por la negativa occidental a atender las demandas de Rusia sobre la formulación de una nueva arquitectura para la seguridad europea.
De acuerdo al Kremlin, la operación militar rusa que impulsó Putin hace una semana «tiene como objetivo desarmar a Ucrania y evitar que adquiera un arma nuclear». «No podemos permitir la presencia de armas ofensivas en Ucrania que amenazan nuestra seguridad», expuso.
En paralelo, los movimientos del Ejército ruso acrecientan la advertencia que lanzó Moscú y enciende alertas al mundo entero. De acuerdo a información de la agencia Télam, tropas rusas rodean la central nuclear de Zaporiyia, la más grande de Europa con seis de los 15 reactores de Ucrania
.El director general del organismo de control nuclear, el argentino Rafael Grossi, destacó que cualquier acción que ponga en riesgo la operación segura de instalaciones nucleares o el resguardo de material radiactivo «podría tener consecuencias severas, agravar el sufrimiento humano y causar daño medioambiental».
De acuerdo a Moscú, el personal de la planta continuaba su «trabajo para proporcionar seguridad nuclear y monitorear la radiación en el modo normal de operación». «Los niveles de radiación siguen siendo normales», dijo Rusia en su carta, según el OIEA.
El último viernes, Rusia tomó el control de la planta de energía nuclear de la norteña Chernobil, que se encuentra fuera de servicio y fue escenario del peor desastre nuclear del mundo en 1986. Horas después, el Gobierno ucraniano alertó que fue detectado un aumento de radiación en la zona. .
«Es imposible decir que la central nuclear de Chernobil es segura después del ataque sin sentido de los rusos», advirtió Mijailo Podolyak, consejero del Ejecutivo ucraniano. Todos estos factores confluyen en una peligrosa advertencia desde Moscú sobre un temido escenario. En medio de esta escalada de tensión, en las próximas horas podrían retomarse las negociaciones para hallar una salida diplomática tras un frustrado primer intento.