Atraviesa uno de los momentos más felices de su vida, sin embargo, ha decidido no descuidar su trabajo remunerado. Estefanía Pasquini ha decidido compartir muchos de los logros de su pequeño hijo Emilio, fruto de su relación con el prestigioso médico Alberto Cormillot. Esta vez, en su cuenta de Instagram, justamente aprovechó la oportunidad para dejar consejos delante de sus seguidores.
“Quedate con quien te mire como Emilio a su papilla”, comenzó manifestando la nutricionista. “Por acá arrancamos el lunes ‘comiendo sólido’ y pensaba… Qué loco, justo un día donde mucha gente lo que menos quiere es comer o comer sólidos, donde más magia se busca, el día más relacionado a dietas, dietas restrictivas y demás…”, señaló intentando generar consciencia entre los usuarios.
“¿Y saben cuál es el riesgo? Que lo mantengas hasta el miércoles o jueves y el viernes empieces a hacer cualquiera nuevamente, por eso, si te excediste el finde…. El lunes arrancá como un día más, así a fines de la semana no empezás a derrapar de nuevo y podés empezar a cortar con ese círculo vicioso… ¿Lleva tiempo desarmar esta conducta? Sí… Depende la persona el tiempo que lleve… Pero cada persona es individual y no importa cuánto te lleve de tiempo (son tus tiempos)”, sentenció.
Un largo camino
Meses atrás, Estefanía Pasquini compartió con todos los cibernautas, lo que le costó poder cumplir su sueño de ser madre. “Como todos los 15, en la iglesia dan las bendiciones a todas aquellas personas que buscan un bebé por medio del embarazo o adopción. Les quiero contar mi experiencia y por qué cada sábado y cada 15 estoy ahí presente. Lo quiero contar porque como mujer sufrí por esto que se veía como casi un imposible. Hace unos años decidimos que queríamos ser papás con quien hoy es mi marido; pasaba el tiempo y nada, por ende, uno empieza a buscar los motivo”, sostuvo.
“Comencé a hacer lo que los médicos me decían, pero no fue muy fácil, porque más allá de darme un tratamiento me aseguraban que era casi imposible con mi condición. Pese a eso seguimos, pese a las pocas expectativas, pese al manoseo que se puede sentir en este tipo de tratamientos y la desmotivación por ver que pese a toda la medicación que me inyectaba a diario y todo lo que hacía no lograba nada. Más de una vez volví llorando a mi casa por los resultados, por los tratamientos que me cortaban a la mitad, total no había respuesta de mi organismo y de más, pero seguimos”, comentó.