Durante el último tiempo, Federico Bal estuvo pasando momentos muy difíciles, desde que le detectaron cáncer. Sin embargo, meses atrás logró curarse, y volvió a trabajar. Pero, días atrás, sufrió un fuerte accidente en Brasil, mientras grababa para El Trece. Frente a esto, en ‘Perros de la Calle‘, el ciclo radial que conduce Andy Kusnetzoff, conversaron con él, y se sinceró al aire sobre lo que tuvo que vivir.
Tras compartir todos los detalles del accidente que sufrió en Brasil, Andy Kusnetzoff decidió hacerle una pregunta particular a Federico Bal. «Hay algo que vi en las redes, que te vi tomándotelo muy bien. Acabas de partirte un brazo en tres y podría haber sido peor. ¿Cómo influyó para tomártelo bien, lo que ya pasaste antes?», le consultó el conductor de ‘Perros de la Calle’.
Sin dudarlo, el invitado afirmó: «Creo que en un 100%. Porque cuando experimentas una gama de dolores y preocupaciones en serio, que te ponen en un lugar de riesgo de muerte… Aunque me podría haber muerto acá, porque estaba descontrolado el motor, y si tocaba eso no la contaba. Pero cuando me paro, estoy consciente, me veo un brazo, me veo el otro que estaba bien, y dije ‘bueno, por lo menos me queda el otro'».
«En un punto digo, ‘si llego a perderlo, en un punto me queda el otro. Pasé por cáncer, quimioterapia, por radioterapia’. Cuando realmente sentís el miedo de tener algo adentro que puede hacer metástasis, y cosas que decís ‘esto ya es muy grave’, te ves un brazo todo roto, y decís ‘esto no es nada, lo sacamos de taco’. Parece que estoy re loco, pero realmente pones un orden de prioridades y entendes que es un bracito, me voy a recuperar, va a estar todo bien», compartió Federico Bal.
Entonces, Harry Salvarrey comentó que «es re entendible, sobre todo porque es algo que podés ver, porque en lo otro, el tema del cáncer es algo que está dentro tuyo. Esto lo ves ahí, la explicación está a la luz del día». Sin dudarlo, Federico expresó: «La explicación es exacta. Un cáncer son cosas rarísimas que no podes ni siquiera empezar a explicarlo. Acá es un hueso que, si funciona, se arregla, y si no, en el peor de los casos, se saca».