La crisis política en Asia explotó en la jornada del día sábado, luego de que miles de manifestantes asaltaran la residencia del primer ministro y causaran disturbios de gran volumen. La profunda inestabilidad económica y la gran deuda con el FMI desencadenó en la renuncia del presidente Gotabaya Rajapaksa y del primer ministro Ranil Wickremesinghe.
“Para garantizar la continuación del Gobierno, incluida la seguridad de todos los ciudadanos, acepto la mejor recomendación de los Líderes del Partido hoy, para dar paso a un Gobierno de todos los partidos. Para facilitar esto dimitiré como Primer Ministro”, publicó Wickremesinghe en su cuenta de Twitter. Sus declaraciones se ampliaron en conferencias y notas a medios locales.
“Hoy en este país tenemos una crisis de combustible, una escasez de alimentos, tenemos al jefe del Programa Mundial de Alimentos viniendo aquí y tenemos varios asuntos que discutir con el FMI. Por lo tanto, si este gobierno se va debe haber otro gobierno’’, amplió en otro medio de comunicación. En tanto, el jefe de Estado fue evacuado de su residencia presidencial, según informaron las fuerzas armadas de Sri Lanka.
Resultados y causas de los enfrentamientos
Acorde precisó Reuters, al menos 34 personas, incluidos dos policías, resultaron heridas en enfrentamientos cuando los manifestantes intentaban entrar en la residencia. Dos de los heridos estaban graves, mientras que los demás sufrieron lesiones leves, según un trabajador en el Hospital Nacional de Colombo que habló bajo condición de anonimato porque no estaba autorizado a informar a los medios.
El primer ministro Ranil Wickremesinghe tomó el relevo en mayo para ayudar a sacar a su país de la crisis. Entre tanto, Rajapaksa se ha aferrado al poder pese a los crecientes reclamos de que renuncie. Los manifestantes culpan al presidentede las dificultades económicas. Llevan tres meses acampando en la entrada del edificio de su oficina para pedir su renuncia, que ocurrió finalmente hoy.
Crisis económica
La inflación galopante y la escasez de alimentos fueron el puntapié para que miles de personas se concentraran en las calles. La supuesta corrupción y la deuda con el FMI por unos USD 51 mil millones no hicieron más que intensificar el malestar social. Actualmente, sigue necesitando del financiamiento del Fondo y de la ayuda de países como India y China.
También la crisis energética es uno de los detonantes más fuertes. Según las agencias internacionales, el país de Asia del Sur lleva meses con cortes de luz, escasez de combustible y problemas de desabastecimiento. La ONU estima, entre otras cosas, que alrededor del 80% de la población se salta las comidas para hacer frente a la escasez y al aumento de los precios.
