El pasado primero de septiembre la vicepresidenta de la Nación, Cristina Kirchner, fue agredida cuando ingresaba a su domicilio de Recoleta. Allí la interceptó Fernando Sabag Montiel, quien le gatilló en dos ocasiones frente a su cara. Días después, y con el correr de la investigación, se descubrió que Brenda Uliarte, su pareja también tuvo influencia en el caso y por ello la Justicia dictó el procesamiento con prisión preventiva para ambos.
Así lo determinó la jueza María Eugenia Capuchetti bajo el concepto de coautores del intento de asesinato a la líder del Frente de Todos. Sumado a esto, la magistrada anunció un embargo de 100 millones de pesos sobre cada uno de los detenidos porque consideró que se trata de un homicidio agravado por el empleo de armas de fuego, alevosía y el concurso premeditado de dos o más personas en grado de tentativa según detalló NA.
“El modo en que se ejecutó la maniobra investigada refleja la existencia de una cogobernabilidad del hecho por parte de ambos imputados, en tanto la determinación del modo, tiempo y lugar de su ejecución estaba previamente establecida por ellos”, indicó Capuchetti. Cabe remarcar que Agustina Díaz y Gabriel Nicolás Carrizo también están detenidos por este ataque.
Además, sostuvo que “si bien fue Fernando Sabag Montiel quien utilizó el arma de fuego contra la víctima, lo cierto es que Uliarte también tuvo activa participación en la ejecución del hecho, en el cual estaba presente a escasos metros de lo ocurrido, brindando el apoyo logístico y moral para su realización”. Respecto a Díaz y Carrizo serán indagados mañana aunque dejó entrever que el «acuerdo previo» entre las partes fue fundamental para su desarrollo.
La reconstrucción del hecho
Previo al fallo judicial, la jueza reconstruyó el ataque a Cristina Kirchner para dejar en claro de qué se los acusa a cada uno. Primero, señaló que Fernando Sabag Montiel «apuntó hacia su rostro (el de CFK) y a corta distancia una pistola semiautomática de acción simple, calibre.32 auto, marca Bersa, modelo Lusber 84 con la numeración 25037 en el lateral izquierdo del cañón accionando la cola del disparador en al menos una ocasión sin que se produzca el disparo pese a encontrarse la misma cargada con cinco cartuchos a bala del mismo calibre y resultar apta para sus fines específicos».
Además, detalló que «para ello, contó con el aporte para su ejecución de Brenda Elizabeth Uliarte, quien estaba presente en las inmediaciones del lugar al cual arribaron conjuntamente y quien brindó el apoyo moral y logístico para su realización, habiéndose determinado que detentaban el arma de fuego secuestrada como sus municiones desde fecha anterior al hecho» y que ella «mantuvo separadamente con anterioridad a la ejecución del hecho, diversas comunicaciones con ambos coimputados (Sabag Montiel y Díaz), en las cuales se planificó el suceso, evaluando diversas alternativas para llevarlo a cabo y evitar ser puestos al descubierto».
