A un mes y dos semanas del fallido atentado contra Cristina Kirchner, la investigación se encuentra amesetada. En este marco, la Justicia federal busca determinar si detrás del intento de asesinato a la vicepresidenta de la Nación hubo autores intelectuales o instigadores distintos a aquellos que finalmente oficiaron de mano de obra. Por el hecho ocurrido el 1 de septiembre pasado, están procesados Fernando Sabag Montiel, Brenda Uliarte, Agustina Díaz y Nicolás Gabriel Carrizo.
Sin embargo, los únicos procesados hasta el momento son sólo parte de la banda de “autores materiales”, según la querella, publicó Télam. En el caso de Sabag Montiel y Uliarte, se los apunta como coautores del intento de magnicidio, mientras que Díaz y Carrizo, como cómplices. “Nadie puede pensar que esa banda planificó o ideó la autoría intelectual de lo que me hicieron”, resumió la propia Cristina Kirchner semanas atrás cuando intervino en el juicio por la Causa Vialidad.
Los procesamientos de Sabag Montiel, quien empuñó y gatilló una pistola frente a la cabeza de la dos veces presidenta están firmes porque no fueron apelados por sus respectivos defensores oficiales. Distinto es el caso de Díaz, amiga íntima de Uliarte, y Carrizo, jefe de la denominada ‘Banda de los Copitos’. Ambos están procesados con prisión preventiva como supuestos partícipes secundarios del intento de magnicidio, decisión apelada por sus abogados defensores.
En ese contexto, la Cámara Federal porteña convocó para el próximo miércoles a una audiencia para escuchar a los defensores de Díaz y Carrizo, antes de resolver si confirma sus procesamientos con prisión preventiva. Cuando los procesó, la jueza María Eugenia Capuchetti valoró una serie de conversaciones de WhatsApp en las que supuestamente quedaba evidenciado que tanto Díaz como Carrizo estuvieron al tanto de los planes magnicidas y hasta pudieron haber colaborado.
Los cuatro procesamientos dispuestos en la causa constituyen para los investigadores y para la querella el resumen de la primera parte de la investigación, aquella enfocada en el “primer círculo”, mientras que ahora los esfuerzos se enfocan en determinar si hay algo detrás. En ese marco, existen líneas de investigación con datos muy sensibles que se trabajan en legajos reservados, subrayó la citada agencia de noticias.
Con el cuidado necesario para no revelar datos que se trabajan en secreto, el abogado de la querella José Manuel Ubeira, sostuvo el último lunes en declaraciones radiales que, de confirmarse algunas sospechas, “estaremos ante un problema grave desde el punto de vista político”. “Al principio era una hipótesis, pero ahora va tomando cuerpo”, dijo el letrado.
Y habló de los posibles vínculos políticos de los atacantes “con grupos de la derecha” que podrían haber estado interesados en generar situaciones de violencia política. “Esperemos que no se confirme nuestra hipótesis. Tenemos una idea de cómo esto se pudo haber pergeñado y esperemos que no se constate porque si llega a ser así estaremos ante un problema grave desde el punto de vista político”, sentenció Ubeira en diálogo con Radio 10.
La jueza Capuchetti, el fiscal Carlos Rívolo y los investigadores policiales que colaboran con la justicia en este caso continuaban por estas horas analizando la información extraída del teléfono celular que se le secuestró a Sabag Montiel el día del atentado fallido. Si bien no detectaron elementos directamente vinculados al ataque, se hallaron algunos contenidos de interés.
Se trata del celular secuestrado en el lugar del hecho, supuestamente sin batería y que se reinició la primera madrugada de la investigación cuando la Policía Federal intentaba extraer información en una maniobra realizada, por orden de la jueza, con peritos que se trasladaron hasta los tribunales de Comodoro Py. De ese teléfono, la Policía de Seguridad Aeroportuaria logró recuperar 50 gigas de información.
Esa información incluye datos extraídos de la actividad del atacante a través de la plataforma de mensajería encriptada Telegram como así también de tres cuentas de correos electrónicos. De su Whatsapp, solamente lograron recuperarse algunos mensajes que recibió el atacante minutos después del intento de asesinato de Cristina Kirchner. No obstante, la Justicia sabe que ese no era el único teléfono celular con el que se comunicaba Sabag Montiel.
Es que el día del ataque utilizó otro dispositivo con otra línea, que se apagó cerca de las 19.00 por la zona del barrio porteño de Abasto. Asimismo, en el expediente existe un informe elaborado por la Dirección de Asistencia Judicial en Delitos Complejos y Crimen Organizado (Dajudeco) que le atribuye una tercera línea telefónica a Sabag Montiel y dos a Brenda Uliarte. Aunque los aparatos no se recuperen, la Justicia podrá trabajar con las listas de llamadas entrantes y salientes.