Por la segunda fecha del grupo A del Mundial de Qatar la Selección de Ecuador, que ya había vencido a Qatar, logró un empate más que importante con Países Bajos en un partido que mereció quedarse con los tres puntos. Una vez que terminó el encuentro Gustavo Alfaro habló en conferencia de prensa y más allá de lo que tuvo que ver con el análisis del partido quiso reflejar una cuestión más emocional.
Al entrenador le consultaron cómo estaba viviendo el camino en una Copa del Mundo, una consulta que le dio el pie para recordar sus raíces y sus sueños hasta este momento. “Te agradezco la pregunta y te la contesto como Lechuga. Es muy emotivo, es muy lindo. Les dije a los jugadores que no me importaba el resultado, que me importaba la demostración de actitud que tenían que tener”, comentó en primer lugar.
“Después de clasificar a la Copa del Mundo y volví a Rafaela, a mis raíces, para conectarme con mi propio ser. Me había pasado que no pude festejar, no saqué afuera ese ser emocional que uno necesita para estar a la altura en esta cita. Era como el profesional se había apoderado de la escena. Y había mandado a ultratumba al ser emocional, al ser que vive, que palpita, que sufre, que sueña”, agregó Alfaro.
El recuerdo de Alfaro
Lechuga reveló un hecho que transcurrió en su tierra natal, donde volvió a conectarse con su sueño inicial dentro del fútbol. “Muchas veces cometemos el error de tener temor, que en este ámbito injusto, despiadado que suele ser el fútbol, decir que uno puede soñar puede ser tildado de cualquier cosa. Y yo digo lo que me mantiene en pie, y me permite disfrutar es porque ese ser emocional se apoderó de mi”, explicó.
Por último Alfraro dejó una reflexión, recordando lo que fue su camino hasta llegar a ser entrenador en una Copa del Mundo. “Hoy Lechuga está a la par del entrenador, y ese niño que yo soñé la primera vez que pateé una pelota y me enamoré del fútbol está al lado mío, y está viviendo este sueño. Y es la demostración que se puede lograr”, concluyó.