El ingreso de los familiares de los participantes de «Gran Hermano» trajo alegría adentro de la casa pero también sentimientos encontrados. En el caso de Marcos, la presencia de su hermana Valentina lo benefició en lo emocional y también en el juego, pero en el caso de La Tora las cosas se dieron de manera completamente diferente con su madre.
Lucila se sorprendió al ver a Gladys, su mamá, entrar a «Gran Hermano» y con el paso de los días se vieron algunos roces entre las mujeres. De hecho, más de uno piensa que esas actitudes fueron la gota que rebalsó el vaso y por eso terminó siendo eliminada del programa de convivencia de Telefe.
En su segunda salida del formato, la Tora tuvo la oportunidad de aclarar cómo es el verdadero vínculo con su progenitora. En primer lugar, la «hermanita» enunció: «Me obligaron a convivir con ella. Me llegó de repente y estaba obligada a convivir con ella. Yo elegí vivir con personas desconocidas, no conocidas, como mi mamá”.
Además, la joven oriunda de Berazategui explicó que más allá de los desacuerdos en cariño por su familiar es profundo: «Eso no significa que la ame más o menos. Es la mujer que más amo. Yo vivo sola desde los 23 años. No elegí convivir con ella, ni con mi papá. Tampoco exponerla en Gran Hermano”.
Después expresarse sobre el tópico que generó polémica, Lucila contó que tiene fe en que su relación con Nacho crecerá una vez que finalice el reality: «Estábamos los dos ayudándonos, aconsejándonos. Con él hablé, antes de entrar la segunda vez, de los amigos del campeón, de que siempre nos focalicemos en la familia, los amigos. Creo que todo se va a ver afuera».
