El Gobierno de Alberto Fernández, según datos oficiales desde diciembre del 2019 hasta la fecha, se endeudó en US$ 71.085 millones, es decir, un 57,97% más que el crédito que solicitó Cambiemos al FMI (US$ 45.000) en 2018. Lo cierto es que hasta el momento, el gobierno de Mauricio Macri tomó más deuda externa en su gestión totalizando 100.165 millones de dólares. El kirchnerismo justifica parte de la debacle económica actual por el crédito del Fondo, que hoy solo representa el 10% del PBI.
Según datos de la agencia NA, el 34% de la deuda de Argentina está nominada en moneda local y el 66% restante en moneda extranjera. Por otro lado, la mayoría de los bonos y letras soberanos (46%) están en moneda extranjera, el 29% en pesos argentinos y otro 20% está en contratos con organismos internacionales también en divisa extranjera.
10,89% de los pasivos totales de la Argentina corresponden al préstamo que tomó Macri y a la vez es equivalente a la deuda actual en pesos ajustada por CER (inflación). El actual Gobierno aumentó la deuda en 27.524 millones de dólares en el último año, algo que equivale al 50% del crédito con el FMI. Los datos develan que la pelea con el organismo internacional es solo una cuestión política.
En cuanto a los contratos con organismos multilaterales, están las obligaciones de US$ 15.604 millones con el BID y de US$ 9.232 millones con el Banco Mundial. «Miramos afuera y pensamos que va a venir una solución mágica o que afuera hay un cuco gigantesco que nos va a hundir. Es una mala lectura. Todo el tema de los acreedores y la deuda es una manera de encontrar un enemigo en quien descargar las culpas por las cosas que no ocurren en la Argentina», expresó Federico Sturzenegger, expresidente del Banco Central del gobierno de Macri.
«Los problemas de la Argentina no son de afuera, son internos. La gente del Fondo tampoco tiene mucho interés en arreglar porque es un quemo hacer algo con la Argentina, que después nunca cumple. El Fondo no va a inmiscuirse mucho, no va a pedirle nada a la Argentina. No va a haber ninguna incondicionalidad importante en el acuerdo con el FMI», concluyó.