No se guardó absolutamente nada y lo contó todo delante de cada uno de los oyentes. Todo sucedió en La Noche Paranormal, el programa que lleva adelante Héctor Rossi a través de Pop Radio 101.5. Sin rodeos, la hija de Carlitos Junior y nieta de Carlos Menem, Antonella Menem, contó una fuerte historia paranormal que no pasó desapercibida.
«Cuando se cumplieron los 28 años del fallecimiento de mi papá, voy al cementerio con dos amigos. Y, de la nada, les empiezo a comentar a ellos algo loco que me pasa a mí. Cada vez que estoy por ir al cementerio se larga a llover. Pero, cuando llego al cementerio, deja de llover. Y siempre, un rayo de luz me alumbra cuando estoy en la tumba de mi papá. Y siempre, antes de irme, aparece un perro que viene, me saluda y se va», comenzó revelando.
«Yo les había comentado eso en el auto a mis amigos. Cuando llegamos al lugar, estábamos todos hablando dados vuelta y empezamos a sentir que venían dos personas caminando. Una tenía una voz joven y fuerte, como la mía, y la otra parecía una persona mayor. Como que venían caminando y hablando… En un momento, yo le estaba hablando a mi abuelo, porque están en la misma tumba todos, y le estaba hablando a mi papá. Y, cuando nos damos vuelta para ver quiénes eran estas dos personas, no había nadie», sostuvo.
«Y me largo a llorar porque te juro que para mí fue terrible. Automáticamente, los tres nos quedamos pálidos y nos miramos. Uno de mis amigos me dice: ‘¿Vos escuchaste Anto?’. Te juro por Dios que yo pensé que estaba loca, la típica, porque yo lo escuché a mi papá y a mi abuelo. Pero mi amigo me dijo: ‘Yo escuché lo mismo. Escuché a dos personas hablando y no había nadie’», apuntó Antonella Menem. «¿Podemos decir que viviste una experiencia sobrenatural y eran ellos los que estaban ahí, Carlos Menem y Carlos Menem Junior?”, indagó el conductor. Sí, eran ellos. Te juro por Dios que eso es lo que sentí yo y lo que sintieron mi amiga y mi amigo en ese momento”, le respondió la joven.
«Cuando llegamos pasó eso que te dije, empezó a lloviznar, paró de llover, me dio el rayo de luz y ya mi amigo se asustó porque al principio no me creía…Y, en un momento, me dice: ‘Faltó que venga el perro’. Entonces nos fuimos al auto, arrancamos y empieza a corrernos un perro que salió de la nada ladrando. Le digo: ‘¿Eso es un perro?’ Frena el auto. Y, cuando se detiene el perro viene, me saluda a mí, yo le habló…Ahí le digo: ‘Chau papá’. Porque yo siento que es como que se reencarnó, siento como que es él… Y se fue. Cuando volvimos a arrancar el auto, el perro ya no estaba más», finalizó Carlos Menem.