Siempre dispuesta a decir lo que piensa. De esta manera es como se muestra nada más y nada menos que Cristina Pérez, una de las periodistas más directas, sinceras y a la vez reconocidas de los medios de comunicación de nuestro país. Esta vez, fue noticia por lo que contó sobre las declaraciones de Jorge Lanata en los Martín Fierro sobre la grieta.
«Hace diez años en una fiesta de los premios Martin Fierro, Jorge Lanata definió por primera vez como ‘grieta’ a la división reinante en la Argentina. Desde entonces, ‘la grieta’ sintetiza el conflicto político, pero por momentos hay tantas grietas como personas que la definen. A una década de haber acuñado el término, fue el mismo periodista quien recordó que ‘la grieta’ continúa existiendo. Otra vez lo hizo en la fiesta de los Martín Fierro donde desde el presidente de Aptra a numerosos oradores se manifestaron en contra de ‘la grieta’ o pidieron cerrarla. Pero ¿Qué es la grieta? ¿Cerrarla es una cuestión de voluntarismo? ¿O ese planteo termina siendo una negación de la realidad?», se preguntó.
«Hay sectores que con nitidez defienden una postura u otra de las que confrontan profundamente en la Argentina, en una tensión que pendula en el corazón del sistema, es decir, en si nos regimos por las leyes y la constitución o desembocamos en reformas de tinte populista. Los que defienden esto último no reniegan del populismo. En tanto, desde ciertos pedestales de la superioridad moral pareciera que los culpables de la grieta son los que deciden no ser mansos ante los que abusan de las instituciones, o no aceptan un indulto para los corruptos, o simplemente no niegan la realidad, ni sus responsables, ni les da todo lo mismo», lanzó Cristina Pérez.
Sin tapujos, redobló la apuesta. «Si uno señala las miserias de la realidad, es un partidario de la grieta y debe ser condenado. Como si incluso eso fuera ser peor que los que inventaron la grieta. Los cerradores de grieta entran en una especie de nirvana de amor y paz donde lo que está mal no es responsabilidad de nadie, y se deleitan en ver lo buenas personas que son ante los ojos de todos, mientras las cosas no dejan de empeorar y la decadencia avanza», aclaró.
Contundente
«¿Quién creo la grieta? ¿Fue Lanata por ponerle nombre? ¿O fue el kirchnerismo por señalar una división tal que los que no estaban de su lado simplemente eran enemigos? La construcción del enemigo como forma de hacer política desde el conflicto era parte del manual de Ernesto Laclau, que Néstor y Cristina Kirchner convirtieron en su credo. El enemigo fue el campo, el periodismo, la oposición, la justicia. Y el objetivo en cada guerra declarada, sumar poder y someter al otro. No es que eran totalmente originales. Ya del peronismo más básico surgía aquello de “al enemigo ni justicia”. ¿No aceptar ser sometido es ser malo? ¿Qué es lo moral o lo inmoral?», se preguntó.
«¿Se puede cerrar la grieta con una mera enunciación? Si existe un sector que busca descabezar la justicia, restringir la libertad de expresión, atenuar o eliminar los derechos de propiedad, ¿basta con sentarte a tomar un te y se termina el problema? El conflicto llamado grieta yace en algo tan profundo que es ni más ni menos, cómo nos figuramos la Argentina cada uno de los argentinos», arremetió.
«En el medio estarán los que no meten los pies en el barro y miran la escena, en apariencia sin tomar posición, creyendo que no están en la grieta porque dicen en voz alta que hay que terminar con la grieta. A veces intento saber a quién se lo dicen. Porque la sensación es que se lo dicen a quienes resisten para que Argentina siga siendo una república y no a los que crearon la grieta», culminó Cristina Pérez.