Un momento realmente fuerte fue el que se vivió en Gran Hermano, el reality que se emite a través de la pantalla de Telefe. Allí, muchos de los participantes del programa decidieron abrir su corazón y contar sus historias de vida. Fue la de Williams López la que conmovió hasta las lágrimas a Santiago del Moro.
«Conocí a tu mamá, conocí a tu novia, y uno cuando conoce a tu familia entiende lo que hay atrás tuyo, el recorrido para llegar ahí. ¿Cómo estás?», dijo el conductor. «Tranqui, por ahí me pinta el bajón, pero bien. Los escucho a los chicos hablar de su familia y por ahí me llega al corazón», comenzó diciendo el integrante de la casa más famosa del país.
«Mi viejo, como el de Alan, es derecho, por ahí no me daba un abrazo, tenía que ser una ocasión muy especial, mi mamá también fue así, siempre. Pero siempre estuvieron conmigo, quizás no como unos padres wow, son unos re papás, pero no eran cariñosos, eran más a la antigua», señaló Williams López delante de las cámaras.
Sin rodeos, decidió ir por más. «Cuando hablan de padres duros, ¿de qué hablan?», indagó el comunicador. «Digamos que mi papá es como más a la antigua, los padres de antes. Era cariñoso, pero no era un papá que te iba a estar dando un beso, un abrazo a cada rato. Un consejo por ahí lo precisaba y lo tenía que sacar de mí mismo», comentó.
«Pero me fui formando día a día, me hacía un poco más fuerte, pero quizás un consejo de un papá, de una mamá, por ahí se precisa, y yo no lo tuve. A veces escucho a los chicos, la vida fuerte que tuvieron… Yo tengo pila de cosas, pasé por millones de cosas feas, desde hambre, frío, calor, pasar cosas feas… Los escucho a los chicos y me llega al corazón», dijo delante de sus compañeros y de Santiago del Moro.
«No soy una persona que va a contar, pero en algún momento les voy a contar mi verdadera historia, las cosas feas que yo tuve que pasar, desde arrancar a trabajar desde chico para tener mis cosas, para tener un par de zapatillas. Mi viejo jamás me hizo falta un plato de comida y un techo, pero por ahí te faltaba un par de zapatillas, una bombacha… pero jamás me hizo falta un plato de comida», sentenció Williams.