Sebastián Battaglia tuvo un paso exitoso pero tormentoso como entrenador de Boca. El jugador más ganador en la historia del club asumió como interino tras el despido de Miguel Ángel Russo y su buen andar en el campeonato y la Copa Argentina lo llevó a ser confirmado como DT, pero terminó siendo despedido y de mala manera. En el medio, vivió con Agustín Almendra una situación insólita, que reveló de forma completa por primera vez.
Almendra era uno de los jóvenes con mayor proyección en Boca. Pero durante un entrenamiento, tras recibir una reprimenda de Battaglia, el mediocampista lo atacó. Por eso, el entrenador lo separó del equipo y Almendra no volvió a jugar nunca más en Boca. «Las reglas están para cumplirse. Si no, es cualquier cosa. Cada uno hace lo que quiere. Vos estás en un grupo y sos parte de esto. Hay una cabeza, un entrenador y una parte dirigencial», le contó Battaglia a TyC Sports.
Al poco tiempo, trascendió una frase de Almendra a Battaglia en esa pelea que el DT recordó. «Como jugador ganaste todo, pero como entrenador sos un desastre», le dijo Agustín al entrenador. Pero hubo otra frase increíble. «Lo voy a decir porque no tengo ningún problema. Me dijo esa parte y hay otra parte, donde me dice: ‘Vos ganaste cuatro Libertadores al pedo’. Menos mal, solamente ganaste cuatro…», reveló Battaglia.
Battaglia y su retiro
Battaglia ganó 17 títulos en Boca. Pero el último como jugador fue más simbólico, ya que solo jugó en la fecha final y con el retiro en el horizonte por una serie de lesiones. «Entré para cumplir contra un ratito y ya después me retiré porque el tobillo no me daba más. Se me caían las lágrimas de entrenar en triple turno y no aguanté más. Lo que me sacó fue una osteocondritis de tobillo», recordó Seba.
Tiempo después, pudo celebrar su partido homenaje en La Bombonera, pero el dolor seguía. «Estuve una semana en cama sin pisar», recordó Battaglia sobre su despedida. «Cuando me infiltran para salir a la cancha, a cada uno que salía le hacían una nota y yo estaba en el túnel apurado porque se me iba el efecto de la infiltración. Tuvieron que buscarme el auto al hotel, no podía manejar ni apretar el acelerador con la pierna derecha. Me dieron un derivado de la morfina porque tenía un dolor terrible para dormir. Y así estuve».
