Fuertísimo fue lo que se vivió en Almorzando con Juana, el ciclo donde Mirtha Legrand reemplaza a su nieta que se encuentra de viaje en medio de una experiencia en el Atlántico. Allí, junto a sus invitados, decidieron hablar sobre la realidad del país y de muchas familias.
El encargado de tomar la palabra fue Daniel Araoz, uno de los actores más reconocidos de nuestro país. «Mi casa da a la calle… hace muchos años fueron a pedirme unas niñas. Esas niñas fueron madres, y esas madres también lo son. Fueron tres generaciones que han pasado por mi casa», sostuvo.
«Vienen a pedir. Yo los ayudo… y más de una vez cierro la ventana y me pongo a llorar», apuntó el artista. «Ay, me emociona…» aseveró Mirtha Legrand visiblemente movilizada por lo que estaba escuchando. «Cuando una niña le pide una limosna, ¿qué siente? Ese es el país que hay que sanar. Primero están los niños y las niñas que tienen que tener cuatro platos de comida diarios, un techo, amor… abrazos, educación», apuntaron.
«Entonces el mundo nos va a ver como seres humanos», aseveraron. «Sobre todo con un país tan rico… Se ha robado mucho, no nos olvidemos de lo que se han robado», opinó Mirtha Legrand. «Hay niños que no tienen agua, que tienen que ir a buscar a no sé dónde para que las madres puedan cocinar. Hablamos de pobreza de verdad», opinó Gladys La Bomba Tucumana.
«De miseria…», acotaron. Fue en ese momento cuando Esteban Trebucq tomó la palabra y decidió contar una historia realmente fuertísima. «En Crónica una vez hicimos un móvil de una familia que había intrusado la casa del chancho… una familia que vivía en un chiquero», comentó.
«¿Es vedad esto?», indagó Mirtha Legrand. «Yo entrevisté a la mamá con las dos hijas que vivían en un chiquero…», aclaró el periodista que se desempeña en La Nación+. «Miren que estoy sensible, yo lloro enseguida. Qué horror, Dios mío», opinó la conductora. «Esa es la realidad del país», finalizaron.
