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VIDA Y ESTILO

Chenin Blanc: la acidez de Loira

La historia de una variedad francesa que, durante la expansión colonialista, se arraigó con fuerza en el hemisferio suroriental.

La Chenin Blanc, también conocida por otros nombres tales como Pineau de la Loire, es una uva vinícola blanca del Valle de Loira, en Francia. Su elevada concentración de acidez la hace óptima para la elaboración de vinos espumosos y vinos de postre equilibrados. Sin embargo, también bien puede producir vinos muy débiles y neutros si no se regula el vigor de la vid.

Por fuera de Francia, es posible hallarla en varias regiones del Nuevo Mundo y en el hemisferio suroriental. Así, por ejemplo, la Chenin Blanc es el varietal más cultivado en Sudáfrica. Allí es quizás más conocida como Steen. La versión más extendida dice que fue cultivada por Jan van Riebeeck, un colonialista neerlandés, en 1655. En ese caso, se trataría de la primera vid cultivada en ese territorio africano.

Otra posibilidad es que pudo haber sido importada a Sudáfrica por los hugonotes, la rama calvinista francesa, que dejaron el territorio tras la revocación del edicto de Nantes en 1685. Por otro lado, la Chenin Blanc se encontró presente durante mucho tiempo en Australia (aunque habría llegado mucho después que a Sudáfrica) pero sin que se hubiera determinado su variedad. De esa manera, resulta un trabajo muy arduo trazar una historia de la Chenin Blanc en aquel país.

Al ser una variedad tan difundida, el sabor de los vinos producidos estará fuertemente condicionado por las cualidades intrínsecas del terroir, la cosecha y los posibles métodos de vinificación. Así, por ejemplo, en las zonas más frías, el jugo de las uvas es dulce pero resulta igualmente corpulento y ácido. Un caso particular es durante la temporada estival francesa. Principalmente en el norte, los veranos tienden a ser más imprevisibles, de manera que suele procurarse el disimulo de la acidez de las uvas maduras mediante un proceso de azucarado. Sin embargo, los resultados demostraron ser poco satisfactorios.

Características y cualidades

Las uvas de maduración más incipiente, por otro lado, suelen utilizarse para vinos espumosos de considerable reputación, tales como el Crémant de Loire. Asimismo, los vinos blancos de Anjou son, probablemente, la máxima expresión de los vinos secos de Chenin. Estos ejemplares son célebres por presentar sabores a frutas tales como la manzana y el membrillo.

En el poblado de Vouvray, por otro lado, se producen vinos semisecos, los cuales adquieren reminiscencias florales y de miel durante la crianza. Incluso, en las mejores cosechas, las uvas suelen dejarse en las vides hasta que se lleve a cabo la podredumbre noble. De esa manera, pueden elaborarse vinos de postre con una marcada densidad e intensidad que son pasibles de mejorar con notoriedad durante la crianza.

La Chenin blanc brota de manera temprana y madura más tardíamente en lo que refiere al tiempo de cosecha. Sin embargo, durante los años cálidos, el equilibrio entre el clima singular del Loira y el calor preciso para que los frutos alcancen su madurez total concede a las uvas el potencial de engendrar vinos con cierta profundidad y fineza.

La edad de la vid, asimismo, tiene incidencia en la calidad del vino. Así, las más antiguas suponen rendimientos bajos por naturaleza. Cuando la uva se infecta de podredumbre noble, también se reducen los rendimientos y se elevan algunos sabores. En ocasiones así, el vino pierde aromas florales pero suma notas de mayor profundas y facetas más dúctiles. Por otro lado, mientras que el clima de la región determinará si la Chenin Blanc se vinificará de manera seca o dulce, el terruño tiende a influir sobre el estilo del vino.

Legislación y otros estilos de producción

Lo cierto es que la gran mayoría de los vinos producidos con Chenin Blanc son monovarietales, la legislación admite su mezcla hasta con un 20% de Chardonnay y de Sauvignon Blanc en las designaciones de Anjou, Saumur y Turina. La elevada acidez de la Chenin Blanc que la hace tan adecuada para la producción de vinos espumantes, la convierte en un componente fundamental de la Crémant de Loire, el espumante de Vouvray y en los vinos de Limoux, en el Languedoc. Por otro lado, en Crémant de Limoux, la Chenin Blanc debe, como mínimo, entre un 20 y un 40% de la mezcla con Mauzac, Pinot Noir y Chardonnay.