Para los jóvenes adultos que crecieron jugando videojuegos al rededor del mundo, las apuestas en eventos deportivos parecen ser la nueva frontera a explorar. También puede aplicarse esa metáfora para los investigadores que se interesan y preocupan en comprender las consecuencias de una exposición temprana al mundo de las apuestas.
Siendo que hoy en día cuenta con el amparo de la legalidad en muchos países y estados, esta actividad creció de manera exponencial en términos de popularidad. Así, por ejemplo, en Estados Unidos se estima que alrededor de 50 millones de personas apostaron en el último Super Bowl, de acuerdo con la American Gaming Association.
Ello constituye más del doble respecto al año anterior. Sin embargo, conviene resaltar que números precisos son difíciles de determinar, en razón de que muchas de apuestas se realizan de manera clandestina. Por otro lado, la plataforma de apuestas FanDuel reportó recibir 50 mil apuestas por minuto.
Los datos sobre la juventud
Para sorpresa de nadie, el grueso de los apostadores deportivos son jóvenes. El grupo El grupo de jugadores deportivos que crece con preocupante velocidad tiene entre 21 y 24 años, según un análisis del estado de New Jersey, que legalizó las apuestas deportivas en el año 2018.
Comparada con otros tipos de apuestas, aquellas que se dan al interior del juego durante eventos deportivos depende exclusivamente de la impulsividad. Existen oportunidades de apostar en el juego sobre prácticamente todo: desde el lado en que cae la moneda hasta cuál será el jugador más valorado. Como sabemos, la impulsividad es un factor predominante en la población más joven y entre fanáticos de los deportes atrapados en la emoción del partido.
Los investigadores siguen recolectando datos para determinar de manera fehaciente si las apuestas deportivas constituyen un factor de incremento en la incidencia de la adicción al juego.
Entre los estudios realizados, uno de ellos se centra en el seguimiento de cuatro mil personas a lo largo de un año para determinar quiénes son más proclives a pasar de apuestas deportivas a problemas con el juego. Lo que parece evidente es que este problema llegó para quedarse en todo el mundo.