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ECONOMÍA

El plan de Javier Milei para 2025: el gobierno apunta a lograr un «dólar único» y se reafirma el pedido de industriales por «nivelar la cancha»

La estabilización económica depende también de variables externas como los nuevos acuerdos a lograrse con el FMI.

Javier Milei

El gobierno de Javier Milei avanza con un ambicioso plan para 2025 que busca implementar un esquema de «dólar único«, mientras crecen las demandas de los sectores industriales para garantizar igualdad de condiciones frente a la competencia internacional. El contexto económico actual, marcado por una apreciación cambiaria acelerada y un peso fortalecido, plantea tanto oportunidades como desafíos para la política económica del país.

Desde julio, los dólares libres, como el contado con liquidación, el MEP y el blue, registraron una caída de entre el 25% y el 30%, consolidando una etapa en la que el peso argentino se ha vuelto significativamente más fuerte en comparación con otras monedas. Este fenómeno, impulsado por el éxito del blanqueo de capitales que logró captar 21.000 millones de dólares, ha llevado a una brecha mínima del 5,6% entre los tipos de cambio libres y el oficial, algo inusual en el contexto argentino.

Un peso fuerte y los desafíos de competitividad

El fortalecimiento del peso, sin embargo, no está exento de problemas. Tanto dentro como fuera del gobierno, existe consenso en que Argentina podría convertirse en un país relativamente caro en dólares. Según José Luis Daza, viceministro de Economía, este esquema de peso fuerte podría mantenerse durante varios años. Aunque la estabilidad cambiaria representa un logro importante, los sectores industriales y agropecuarios enfrentan serios desafíos para mantener su competitividad.

El caso del sector agropecuario es ilustrativo. Durante su reciente visita a la Sociedad Rural, Milei prometió la eliminación gradual de las retenciones, aunque no fijó plazos ni montos específicos. Este compromiso llega en un contexto donde los números no cierran para muchos productores: el dólar mayorista se ubica en 1.021 pesos, y el precio internacional de la soja ronda los 360 dólares por tonelada, muy lejos de los 600 dólares que alcanzó en tiempos de crecimiento acelerado durante la presidencia de Néstor Kirchner.

Demandas industriales y un mercado más abierto

Desde el sector industrial, el reclamo de “nivelar la cancha” ha tomado fuerza. Paolo Rocca, CEO de Techint, elogió los avances logrados por el gobierno en materia fiscal, pero enfatizó la necesidad de generar condiciones equitativas para competir frente a la posible “avalancha” de productos importados que podría desatarse con la apreciación del peso. Este desafío no solo afecta a los grandes conglomerados, sino también a pequeños y medianos empresarios que compiten con productos extranjeros más accesibles.

La recuperación de la actividad económica también presenta un panorama heterogéneo. Según un informe de Empiria, mientras el sector agrícola creció un 30% gracias a la superación de la sequía, el Producto Bruto Interno (PBI) urbano cayó un 4,5%, con industrias como la construcción aún operando un 25% por debajo de los niveles de 2023. Este desbalance refuerza la necesidad de políticas integrales que permitan una recuperación uniforme.

El rol del FMI y la apertura económica

La estabilización económica también depende de factores externos. El gobierno se encuentra en negociaciones avanzadas con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para asegurar fondos frescos y desembolsos anticipados. Este paquete, combinado con créditos de bancos privados, busca fortalecer las reservas internacionales y permitir la eliminación del cepo cambiario en 2025, un objetivo que Milei calificó como esencial para la recuperación económica del país.

“El cepo es una aberración que nunca debería haber ocurrido y que, con nosotros, se va a terminar el año que viene y para siempre”, afirmó el presidente recientemente. Aunque el gobierno aún enfrenta desafíos, como el déficit de reservas netas que actualmente se encuentra en terreno negativo por 4.600 millones de dólares, los avances en materia fiscal y cambiaria han comenzado a generar un ambiente más favorable para las inversiones.

Perspectivas hacia el futuro

De cara al próximo año, sectores estratégicos como la energía y la minería se perfilan como motores clave para la generación de divisas. El Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI) ha recibido solicitudes por 12.000 millones de dólares en proyectos de inversión, lo que refuerza las expectativas de crecimiento a mediano plazo. Sin embargo, el camino hacia una economía más abierta y competitiva no estará exento de costos, especialmente para sectores sensibles que enfrentan la reducción de aranceles y un mercado más globalizado.