El Gobierno nacional ya piensa en 2025, año en el que levantarán el cepo cambiario en caso de que la inflación se mantenga por debajo del 3%. En este marco, desde el Ministerio de Economía liderado por Luis Caputo estudian cómo será el plan a seguir para evitar que la divisa estadounidense tenga buscos cambios en su cotización. Para esto, los asesores del funcionario revelaron que trabajan en una flotación administrada.
La planificación oficial fue revelada por los asesores del Ministro de Economía, Federico Furiase, y Martín Vauthier, durante una presentación en la Universidad Torcuato Di Tella que se realizó la semana pasada, según señaló la agencia Bloomberg. «Está claro que la Argentina tiene que tener una volatilidad monetaria limitada», señaló Furiase, dejando en claro que la moneda no flotará libremente.
Al respecto, el asesor destacó que otros países han logrado bajar la inflación con «una flotación administrada que controla la volatilidad». Además, ambos asesores reiteraron la necesidad de restringir la cantidad de pesos que se mantiene como deuda del Tesoro para seguir acotando la posibilidad de presión sobre el tipo de cambio cuando se levanten las restricciones.
La flotación administrada es una política cambiaria para evitar fluctuaciones pronunciadas de la paridad cambiaria que generen efectos negativos sobre la competitividad, los precios internos y la distribución del ingreso. La política cambiaria también propiciará la acumulación preventiva de reservas internacionales, sobre la base del ingreso genuino de divisas provenientes del sector externo.
Dilema con el FMI
Si bien la propuesta del Gobierno nacional sobre el cepo es clara, el gran inconveniente está con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Durante la última semana, una delegación del Ministerio de Economía mantuvo reuniones con directivos del organismo internacional para trabajar en un nuevo acuerdo de facilidades extendidas.
El problema está en que en el FMI no quieren una flotación administrada sobre el dólar. Por el contrario, la entidad quiere que se levante el cepo y sea de flotación libre, lo que quiere decir que el precio lo fije el mercado en su totalidad y que el Estado no intervenga más en la cotización de la divisa.
Si bien esta idea es la misma que tiene el presidente Javier Milei, consideran que este no es el momento para una liberación total del cepo, sino que apuestan a la gradualidad. El gran miedo está en que su cotización se dispare y la inflación vuelva a crecer. Por eso la flotación administrada es menos riesgoso y más controlado, pero no coincide con el lineamiento del FMI.