El Gobierno de Javier Milei decidió no solicitar a Estados Unidos que revoque los aranceles del 25% sobre el acero y el aluminio. Aunque hubo diálogos informales con funcionarios estadounidenses, el Ejecutivo no utilizará canales diplomáticos para pedir una excepción. En su lugar, apostó a otros frentes para avanzar en la agenda económica, centrando sus esfuerzos en un tratado de libre comercio con EE.UU. y en presionar para acelerar el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Este enfoque se reflejará en la agenda de Milei en la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC), que se celebrará en Washington. Allí, el presidente argentino estará acompañado por Karina Milei, secretaria general de la Presidencia, y Gerardo Werthein, canciller. En la cumbre, el mandatario buscará fortalecer las relaciones bilaterales y asegurar un avance en los acuerdos comerciales.
El FMI, un desafío urgente para el Ejecutivo
El Gobierno argentino mantiene como prioridad cerrar el acuerdo con el FMI para obtener 12.000 millones de dólares en el primer cuatrimestre del año. Según fuentes oficiales, este desembolso es clave para levantar las restricciones cambiarias y reactivar la economía antes de las elecciones. En Balcarce 50, aseguran que el acuerdo con el FMI es esencial y que abrir nuevos frentes diplomáticos en este momento podría ser riesgoso.
Aunque las negociaciones con el FMI avanzan, el Ejecutivo también mantiene su objetivo de firmar un tratado de libre comercio con Estados Unidos. Sin embargo, reconocen que hasta ahora los progresos han sido limitados. La falta de contacto directo con el Departamento de Estado ha frenado el avance de las conversaciones. Además, el Senado aún no ha tratado el pliego de Alec Oxenfor para que asuma como embajador de Argentina en Washington.
Encuentro con Trump y posibles complicaciones diplomáticas
El momento clave de la agenda de Milei será la reunión informal con Donald Trump, que ocurrirá después del discurso del presidente argentino en la CPAC. Sin embargo, desde el Gobierno se muestran cautos, ya que los presidentes de Estados Unidos no suelen mantener reuniones bilaterales en los primeros meses de su gestión. Esto genera incertidumbre sobre una posible invitación al Salón Oval.
A pesar de las dudas, el Gobierno no abandona su objetivo de estrechar relaciones con Estados Unidos. Las expectativas son altas, pero las conversaciones no avanzan con la rapidez que se esperaba. Desde la Casa Rosada, aseguran que hay poca receptividad por parte de la administración estadounidense para profundizar en el acuerdo.
Aunque las probabilidades de que EE.UU. acepte la excepción sobre los aranceles son bajas, el Gobierno de Javier Milei no pierde de vista sus objetivos. Las negociaciones con el FMI siguen siendo cruciales, pero también se mantiene el esfuerzo por avanzar en un tratado de libre comercio con Estados Unidos. El escenario diplomático sigue siendo desafiante, pero el Ejecutivo no descarta nuevas oportunidades para fortalecer las relaciones comerciales y económicas con el país del norte.