El ministro Luis Caputo habría acordado con el Fondo Monetario Internacional (FMI) una fórmula que evita mencionar explícitamente la necesidad de una devaluación o cambios en la política cambiaria. Esta estrategia, que figura en los borradores del acuerdo, sería clave para resguardar la posición del ministro de Economía y, al mismo tiempo, cumplir con las exigencias del organismo multilateral.
Según trascendió, el acuerdo establece que el gobierno argentino se comprometerá a aumentar las reservas del Banco Central de la República Argentina (BCRA) y establecer metas trimestrales de acumulación de dólares, sin hacer referencia directa a modificaciones en el valor del tipo de cambio. La definición del nivel del dólar quedará en manos de Caputo y del presidente del BCRA, Santiago Bausili, lo que les permitirá manejar la política cambiaria en función del cumplimiento de los objetivos pactados con el FMI.
En este marco, el FMI condicionará los desembolsos de dinero al cumplimiento de estas metas, con la intención de evitar que los fondos sean utilizados para intervenir en el mercado cambiario, como ocurrió en 2018. Michael Kaplan, encargado del caso argentino en el Tesoro de EE.UU., mantiene una postura cautelosa respecto al acuerdo y sigue de cerca su desarrollo.
La estrategia adoptada por el gobierno busca sostener la estabilidad cambiaria hasta las elecciones legislativas de octubre, con el objetivo de contener la inflación. No obstante, en Washington persiste la percepción de que existe un retraso en el tipo de cambio, por lo que algunos sectores dentro del FMI recomiendan una corrección en la política monetaria. Sin embargo, la gestión libertaria niega a rajatabla esta versión.
El debate parlamentario y el camino del acuerdo
El acuerdo con el FMI también abrirá un frente de debate en el Congreso. Caputo buscará que la aprobación del acuerdo se realice sin divulgar el contenido completo del memorando de entendimiento, lo que ha generado críticas desde la oposición. A pesar de ello, el gobierno decidió avanzar con un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) para evitar demoras en la implementación del programa económico.
El presidente Javier Milei respaldó la estrategia de Caputo y arremetió contra sectores empresariales y políticos que, según su visión, buscan una devaluación. En este contexto, la relación con la Unión Industrial Argentina (UIA) se tensó aún más tras la difusión de un informe que proyecta un escenario contractivo para la actividad económica.
Por otro lado, la Casa Rosada también enfrenta desafíos internos a raíz del escándalo de la criptomoneda $LIBRA, que generó tensiones dentro del círculo cercano al presidente. En paralelo, la Corte Suprema emitió un fallo que generó una fuerte reacción en el gobierno, especialmente por la decisión del juez Manuel García Mansilla, lo que llevó a un clima de incertidumbre respecto a la estrategia judicial del oficialismo.
En medio de este escenario, el Senado se convirtió en un punto de atención clave, ya que el avance de la agenda judicial y la confirmación de nominaciones para la Corte Suprema dependerán del equilibrio de fuerzas dentro de la Cámara Alta del Congreso.