El gobierno de Javier Milei selló un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por 20.000 millones de dólares, pero el respaldo no será gratis: el organismo impuso una serie de condiciones que implican un ajuste fiscal sin precedentes y una profunda reestructuración del Estado. Entre las reformas más polémicas figura la privatización de todas las empresas públicas para el año 2026, una exigencia que podría encender la resistencia social y política en medio de un clima ya tensionado.
El programa económico acordado se apoya en tres pilares: un nuevo régimen cambiario con bandas móviles, un ambicioso objetivo de superávit fiscal, y reformas estructurales de alto impacto. El dólar oficial podrá fluctuar entre los $1.000 y $1.400, con intervención del Banco Central en los extremos. El cepo al dólar ahorro deberá eliminarse por completo en junio de 2025, mientras que los impuestos al “dólar turista” se mantendrán al menos hasta fin del año próximo.
Desde el punto de vista fiscal, el ajuste es histórico: el Gobierno se comprometió a lograr un superávit primario del 1,6% del PBI en 2025. Esto implica recortes drásticos en subsidios, cambios en el sistema previsional desde septiembre del año próximo, y una reforma tributaria que buscará aumentar la recaudación sin subir impuestos. El Centro de Estudios Políticos y Económicos (CEPEC) advirtió que este sendero de consolidación fiscal podría tener un alto costo social.
La privatización de empresas públicas dependerá de la aprobación del Congreso
Pero la exigencia más resonante del Fondo es la venta de todas las empresas estatales en 2026. Aunque Milei ya había manifestado su intención de avanzar con privatizaciones, el acuerdo acelera y consolida ese rumbo como una condición obligatoria. YPF, Aerolíneas Argentinas, AySA, Correo Argentino, el Banco Nación y otras compañías públicas podrían quedar en manos privadas en los próximos meses, en un proceso que promete ser conflictivo.
Cómo serán los desembolsos del FMI a la Argentina
El plan financiero prevé desembolsos escalonados. La primera transferencia será de 12.000 millones de dólares, mientras que los 8.000 millones restantes se liberarán en cuotas trimestrales, siempre y cuando el Gobierno cumpla con las metas pactadas. Cada revisión será clave no solo para liberar fondos, sino también para sostener la confianza de los mercados.
El informe del CEPEC plantea tres posibles escenarios para 2025: uno optimista, con entrada de capitales y un dólar estable en torno a los $1.200; uno base, con cumplimiento parcial y el dólar alrededor de $1.300; y un escenario pesimista, con salida de divisas y la divisa alcanzando el techo de $1.400. En todos los casos, el contexto internacional y la estabilidad política interna jugarán un rol determinante.