El plantel que comandó Mariano Herrón salió al campo de juego en La Bombonera con la ilusión de incomodar al rival, robarle la pelota y tener el dominio de la mitad de la cancha para comenzar a construir peligro en el arco defendido por Rodrigo Rey con el fin de pasar de ronda a las semifinales de la Copa de la Liga. Sin embargo, en el momento en que Boca creó las situaciones claras para abrir el marcador ante un Independiente incomodo en el primer tiempo no lo hizo con eficacia y pagó caro en la definición. Luego, en el complemento se desdibujó y lo cobró carísimo en su propio arco.
Es decir que, Boca en el primer tiempo jugó de manera aceptable en defensa sin sufrir demasiado en las pelotas detenidas. Una herramienta que quedó pendiente durante todo el primer semestre como una falla constante partido tras partido. En la mitad de la cancha se acomodó con Milton Delgado siendo nuevamente el más destacado del equipo.
Sin embargo, Kevin Zenón, Tomás Belmonte y Carlos Palacios fallaron en la cooperación a Milton Delgado a que su manejo de la mitad de la cancha e inicio de la construcción de peligro termine de forma efectiva con gol en el arco defendido por Rodrigo Rey.
Boca reprobó en la definición y jugó un complemento para el olvido
Más allá de que Boca falló en la gestación de peligro con un Kevin Zenón desconocido y un Carlos Palacios ausente. El delantero Miguel Merentiel se las arregló por sus propios medios para tener chances de gol.
A los 37 minutos del primer tiempo Álvaro Angulo tiró mal el achique en el offside y Miguel Merentiel quedó completamente habilitado en soledad y mano a mano con Rodrigo Rey quien achicó de manera fenomenal para detener con el pie el avance del uruguayo de cara a la apertura del marcador.
Luego, dos minutos más tarde una jugada calcada terminó nuevamente en los pies de Miguel Merentiel que se metió al área rival y tras sacar un centro atrás al área chica el chileno Carlos Palacios abajo del arco falló el gol de manera insólita e inentendible de cómo no fue gol.
Tiempo después, en el complemento Independiente se acomodó en el campo de juego y Boca prácticamente se olvidó de jugar. Se quedó en el vestuario, no atacó, no propuso y no generó más peligro en el arco rival.
Para colmo, el gol de Álvaro Angulo llega de un rebote en pelota detenida y tras marcar el gol el colombiano Boca se desfiguró, desapareció de la cancha, recibió un golpe al mentón que nunca jamás se pudo levantar de la lona. Los cambios de Mariano Herrón no fueron certeros y no estaban para jugar como Ander Herrera y Edinson Cavani. Tampoco Milton Giménez. Boca padeció el complemento y quedó «eliminado sin respuestas».
