Realmente fuertísimo fue lo que se vivió en DDM, el programa que lleva adelante Marina Calabró ante las vacaciones de Mariana Fabbiani, a través de la pantalla de América TV. Fue allí donde se comunicó lo que está pasando con Pitty La Numeróloga, quien atravesó un cáncer de mama, según lo que ella misma relató.
Ahora, después de haber terminado con la quimio, también recibió una importante noticia sobre una causa que la complicaba. «Te sobreseyeron de la causa que te habían iniciado por la supuesta dilapidación de fondos públicos porque la titular del Banco Nación te había contratado», le dijo Marina.
«Me comí un garrón. Todos me conocen, pero la señora que está del otro lado y me ve siempre en la tele, me dicen ‘chorra’, ‘delincuente’. Yo di la cara como corresponde. No tengo nada que esconder. Yo soy una persona simple, facturé 290 mil pesos no 14 millones», aseveró Pitty la Numeróloga.
Delante de Marina Calabró, decidió ir por más. «Di un servicio al Estado, yo estoy acostumbrada a facturar. Son precios que se pagan cuando vos lográs una popularidad. Después de un tiempo, casi dos años de entender las reglas del juego, me di cuenta de que hay cuestiones internas, políticas y sociales que se manejan de una manera», sostuvo.
«Yo fui un hermoso pececito que prestó un servicio y caí. Yo presté un servicio de coaching. Lo hice online. Está bueno aclarar las cosas. La persona que anda en cosas raras… la carita es bien clara, te das cuenta. Mi papá estaba muy enfermo, él agachaba la cabeza y yo le apagaba la tele. Al poco tiempo mi papá murió, al poco tiempo me enfermé», afirmó sobre su cáncer de mama.
«Creo que fue una suma de cosas. Yo no sabía que era tan sensible. Se paga un precio por estar de este lado. Cuando te caés también es el momento del crecimiento. El tiempo da las respuestas. La cara siempre hay que darla, es lo más importante. Hoy yo sólo tengo que agradecer, abrazar a mis seres queridos», manifestó Pitty la Numeróloga. «Sos un mensaje a la resiliencia para todas las mujeres que la están pasando mal», sentenció Marina Calabró.
