El polvo de ladrillo de Roland Garros fue testigo de un momento inolvidable para el tenis argentino. A los 40 años, Horacio Zeballos logró conquistar su primer título de Grand Slam en la modalidad de dobles, junto al español Marcel Granollers. En una final electrizante disputada en el mítico estadio Philippe-Chatrier, la dupla hispano-argentina venció a los británicos Joe Salisbury y Neal Skupski por 6-0, 6-7 (5) y 7-5, desatando una celebración cargada de emoción y justicia deportiva.
Desde el arranque, el dominio fue absoluto. Ganaron los primeros seis games con autoridad, dejando sin respuestas a sus rivales. El segundo set fue más disputado y los obligó a pelear hasta el tie-break, donde no lograron cerrar el duelo. Pero en el tercer parcial, Zeballos sacó a relucir toda su experiencia y temple para sellar un triunfo que lo pone en la historia grande del deporte nacional.
De promesa a leyenda: el camino del mejor doblista argentino
No fue un éxito fugaz. Fue el resultado de una carrera construida con paciencia, sacrificio y una decisión clave: escuchar a su entrenador, Alejandro Lombardo, quien años atrás le recomendó centrarse en los dobles para prolongar su trayectoria profesional. Desde entonces, Cebolla se reinventó. Ganó regularidad, títulos y respeto internacional, hasta convertirse en el mejor doblista que ha dado el tenis argentino.
Este título en París no solo rompe la racha de tres finales perdidas —US Open 2019 y Wimbledon 2021 y 2023—, sino que también le permite cerrar un ciclo glorioso. A sus 40 años, Zeballos demuestra que nunca es tarde para alcanzar la gloria. Con este campeonato, suma 25 títulos profesionales, pero ninguno tan simbólico y consagratorio como este.
Un año brillante junto a Granollers
En lo que va de 2025, la dupla ya había demostrado una química letal: fueron campeones del ATP 250 de Bucarest y luego arrasaron en el Máster 1000 de Madrid. Ahora, con esta nueva conquista, escalan a la séptima posición del ranking mundial, consolidándose como una de las parejas más peligrosas del circuito.
Zeballos no solo brilló en dobles. Durante su etapa como tenista individual dejó victorias imborrables: le ganó a Juan Martín Del Potro, David Nalbandian, Fernando Verdasco, Ivo Karlovic, Gael Monfils y, como joya del pasado, venció a Rafael Nadal en la final del ATP de Viña del Mar 2013.
Un título que redefine su legado
Ya no quedan dudas: Zeballos es sinónimo de perseverancia y clase. Esta victoria en Roland Garros no solo enriquece su palmarés, sino que lo instala definitivamente entre los grandes nombres del tenis argentino. No fue solo una consagración deportiva, fue también una revancha emocional, una historia de paciencia recompensada y de gloria alcanzada cuando muchos pensaban que el tiempo ya había pasado.