El mercado de pases de Boca comenzó con varios frentes abiertos, entre ellos, posibles bajas importantes. Una de las más resonantes fue la situación de Luis Advíncula, quien recibió un ofrecimiento concreto por parte de Sao Paulo. El club brasileño buscó tentarlo con la idea de sumarlo en este mismo mercado, generando inquietud en el cuerpo técnico y en el Consejo de Fútbol. Sin embargo, la historia dio un giro inesperado.
Recién regresado del Mundial de Clubes, el lateral derecho formó parte de la pretemporada encabezada por Miguel Ángel Russo, que ya entregó una lista con trece jugadores que pueden ser negociados. Advíncula estaba entre los nombres mencionados, lo que parecía allanar el camino para su salida. Pero el peruano tomó el teléfono y habló directamente con Juan Román Riquelme.
Una charla clave con Riquelme
Durante esa conversación, Advíncula expresó su deseo de continuar en el club y no forzar una salida en este momento. La charla fue suficiente para que ambas partes llegaran a un acuerdo: el defensor seguirá en Boca, al menos hasta fin de año. Así lo confirmaron desde el entorno del club, cerrando cualquier posibilidad inmediata de verlo con la camiseta de Sao Paulo.
Desde Casa Amarilla se valora la postura del jugador, quien priorizó la estabilidad y la competencia interna por sobre una oferta atractiva desde lo económico. Aunque la puerta del fútbol brasileño parecía abierta, el defensor prefirió mantenerse en el club que le dio continuidad y protagonismo internacional en los últimos años.
Russo no lo tiene del todo claro
Si bien fue titular en los tres partidos del Mundial de Clubes, Miguel Ángel Russo no quedó del todo conforme con el rendimiento en el lateral derecho. El técnico considera que aún falta competencia real en esa zona del campo y, por eso, evalúa permanentemente a Lucas Blondel y Juan Barinaga como posibles alternativas.
Ambos laterales vienen ganando terreno en las prácticas y podrían arrebatarle el puesto en cualquier momento. Advíncula lo sabe, y quizás por eso su decisión de quedarse también implica el desafío personal de defender el lugar que supo ganarse desde 2021, cuando llegó desde el Rayo Vallecano a cambio de dos millones 500 mil dólares.
Un ciclo que aún no cierra
Después de cuatro años en Boca, el defensor de 35 años sigue siendo uno de los referentes del plantel. Aunque la propuesta de Sao Paulo era una oportunidad tentadora —tanto en lo económico como en lo futbolístico—, el vínculo emocional y deportivo con el Xeneize pudo más. El lateral siente que aún tiene cosas por aportar en el equipo y no quiso que su salida sea en un contexto de dudas.
Por ahora, la novela se cierra con final previsible: Advíncula sigue en Boca, decidido a pelear por su lugar en la banda derecha y con la mira puesta en lo que resta del año. En un mercado que recién empieza, su continuidad ya es una de las certezas más importantes para el club.