El equipo que comanda Miguel Ángel Russo parece ser que no puede salir del pozo en el que se hundió cuando quedó fuera de la Copa Libertadores ante Alianza Lima en La Bombonera por penales. Desde esa fecha, no encuentra el rumbo. Actualmente, bajo el mano de Miguel Ángel Russo Boca lleva la peor racha de toda su gloriosa historia en 120 años de vida. Para colmo, dejó una pálida imagen en La Bombonera y no levanta en el Torneo Clausura que se le va.
El tiempo pasa y Boca no reacciona. Si bien, le quedan 12 encuentros finales para meterse en Copa Libertadores y clasificar tras dos años de ausencia consecutivas. La realidad marca que hoy está fuera de la competencia por tabla anual y está obligado a ganar el campeonato de la Copa de la Liga en la cual registra apenas tres puntos sobre nueve posibles.
De este modo, ante la academia Boca en La Bombonera dejó una floja imagen. Si bien, generó mayores situaciones de gol que en partidos anteriores sigue falto de gol y de resoluciones en ataque. Depende demasiado de lo que resuelva el volante central campeón del mundo. Si la pelota no pasa por él Boca no tendría vida.
Boca depende de un solo nombre y solo con él es muy difícil
Está más que claro que, el equipo que conduce Miguel Ángel Russo necesita alimentarse de las jugadas que emplea un único jugador dentro del campo de juego. De este modo, podemos decir que “Hay una dependencia de Leandro Paredes enormemente en Boca”.
Su pegada sigue siendo salvadora y es la herramienta madre por la que Boca sigue con vida. En lo positivo del encuentro es para destacar la labor de Brian Aguirre que con su coraje e intento de jugar al fútbol empujan al resto de sus compañeros. El primero que se contagió fue Miguel Merentiel que por sacrificio va hacia adelante sin embargo está desenfocado en la definición final.
Mientras que, en lo negativo el primer indicador es que Boca no puede ganar hace 12 partidos, se desequilibra en la mitad de la cancha y queda mal parado en los contragolpes del rival. De esta manera, sufre muchísimo en la defensa que sale desordenada a tapar los huecos de los volantes. Leandro Paredes intenta ordenar, pero solo no puede hacer todo. Por último, la pelota detenida es un arma mortal en defensa y un arma vital en ataque. Dos caras distintas de una misma moneda.