Cuando Boca visite este domingo a Independiente Rivadavia en Mendoza, Miguel Ángel Russo no solo tendrá que pensar en su propio equipo: del otro lado estará Sebastián Villa, un viejo conocido. El delantero colombiano, que dejó el Xeneize en medio de un conflicto legal y deportivo, hoy es la figura del conjunto mendocino y promete ser una de las principales amenazas del partido.
El futbolista de 29 años ha encontrado en Independiente Rivadavia un escenario ideal para explotar su velocidad y desequilibrio. Con espacios por las bandas y libertad para encarar por todo el frente, el atacante ha marcado diferencias en los últimos encuentros. Desde su llegada al club mendocino en 2024, disputó 42 partidos, convirtió 8 goles y dio 10 asistencias, siendo uno de los futbolistas más determinantes de la Liga Profesional. En lo que va de 2025, suma 16 partidos como titular, 4 goles y varias jugadas decisivas que lo confirman como pieza clave del equipo de Alfredo Berti.
Otro motivo de preocupación para Russo es el factor motivacional. No es un partido más para el colombiano: enfrentar a Boca significa medirse contra el club donde jugó entre 2018 y 2023, con un registro de 172 partidos, 29 goles y 33 asistencias, además de siete títulos en su haber.
A eso se suma que el esquema de Independiente Rivadavia potencia a Villa. El equipo mendocino suele replegarse y salir rápido de contra, un contexto ideal para que el colombiano reciba en velocidad, con metros por delante para atacar. En el torneo Apertura 2024 fue el segundo máximo asistidor con 6 pases-gol, lo que demuestra que no solo es una amenaza directa al arco, sino que también genera peligro para sus compañeros. Si Boca no logra cortar esas transiciones en mitad de cancha, el riesgo de quedar mano a mano con su exjugador será alto.
Por todo esto, Russo deberá planificar un dispositivo defensivo que anticipe sus movimientos y reduzca su impacto. Marcarlo de cerca, impedir que reciba cómodo y no darle espacio para el uno contra uno será clave. Villa ya demostró que puede resolver un partido en una jugada, y Boca no querrá que esa historia se repita en Mendoza, justamente frente a un futbolista que conoce a la perfección.
