Los dos triunfos seguidos de Boca llevaron tranquilidad cuando parecía que una nueva crisis era inevitable. El futuro de Miguel Ángel Russo, si bien se rumoreaba que pendía de un hilo, en medio de la racha más extensa sin victorias del club boquense desde su fundación (12) -parte la arrastraba de la época de Fernando Gago y Mariano Herrón– y el peor inicio de un entrenador en los 120 años de historia (ocho partidos sin ganar).
Según la web de TyC Sports, el 3-0 frente a Independiente Rivadavia en Mendoza trajo alivio, en una semana que había tenido incluso la disolución del Consejo de Fútbol con las salidas de Mauricio Serna y Raúl Cascini. Ya no quedaba mucho más para modificar o desplazar en caso de un resultado adverso, más que apurar la llegada de un Manager y volver a cambiar al Director Técnico.
Marcado por el destino o no, “Pintita” había vivido una situación similar durante su ciclo y hubo un punto de inflexión en la misma etapa del Torneo Apertura. Aquel “Xeneize” llegaba muy cuestionado al match ante la “Lepra” en La Bombonera tras una fuerte caída ante Racing en el Cilindro de Avellaneda y el éxito en aquel encuentro le dio arranquea una seguidilla de resultados favorables que lo mantuvieron en el cargo, aunque sea por un tiempo más.
Idéntica situación vive el equipo del propio Russo, el mismo que comandaba el DT que ahora está en Necaxa de México también derrotó a Banfield y llegó a dos logros consecutivos. En ese momento lo esperaba la reprochable serie contra Alianza Lima de Perú que lo dejaría sin posibilidades de avanzar en el repechaje de la Copa Libertadores: derrota 1-0 de visitante, 2-1 a favor en la revancha y caída por penales.
En el ámbito local, el elenco de Gago prolongó su buen momento con otras cuatro conquistas en fila. Primero frente a Aldosivi de Mar del Plata -el próximo rival del conjunto azul y oro-, y luego con Rosario Central, Central Córdoba de Santiago del Estero y Defensa y Justicia. La seguidilla se cortó ante Newell´s Old Boys, en Rosario, en el recordado partido por la polémica con Carlos Palacios que dañó un poco más la relación del estratega con la mesa chica de la conducción.
