Transcurría el año 2014 y en Boca conducía los hilos Rodolfo Arruabarrena quien no dudó ni un segundo y llamó al número de un ex jugador de Boca con las intenciones de que regrese al club que lo formó como profesional para ser refuerzo del elenco del Vasco. A su vez, sin la posibilidad de poder demostrar en el xeneize este jugador se quedó con las ganas de retornar a Boca y explicó en una entrevista con Reserva de Boca porque no se terminó dando su regreso.
Hace un tiempo atrás, en las divisiones inferiores de Boca pasaron una abundante cantidad de jugadores que no pudieron dar el salto a la primera del club por diferentes razones y circunstancias por lo cual salieron a préstamo a otras instituciones a sumar el rodaje necesario para tener chances de ser considerados a futuro.
Entre esta lista de jugadores, sin oportunidades de dar el salto a la primera de Boca se encontraba el lateral Matías Rodríguez quien fue cedido a préstamo a Juventud Antoniana, Aucas, Barcelona de Guayaquil y LASK de Austria para luego marcharse con el pase en su poder.
Lo quiso Rodolfo Arruabarrena la rompió en Chile y contó porque no volvió a Boca
En una entrevista con Reserva de Boca el ex jugador xeneize Matías Rodríguez rompió el silencio y explicó porque fue un acto fallido su regreso al club que lo formó en 2014 bajo las órdenes de Rodolfo Arruabarrena en la cual aclaró que “Con el Vasco hablé. Fue totalmente cierto. Lo del 2013 se decía algo, pero quizás no era tan fuerte. En 2014, estaba de vacaciones en mi casa y ya me habían dicho que estaba la posibilidad de Boca. Yo estaba a préstamo en Gremio. Me llega un mensaje de texto: ‘Hola, soy el Vasco, me gustaría llamarte’. Quedé tiritando y charlé con él”.
Luego, confirmó personalmente porqué se cayó su regreso a Boca al decir que “Boca no iba a pagar un préstamo, yo tenía que rescindir contrato con Gremio y pedir la salida en Italia. Era medio complejo y no era por lo económico, porque sabía que perdía plata. Pero crecí ahí en el club y tener una chance tan cercana… sabía que era la última oportunidad. Hubiese sido algo hermoso, pero no se dio”.
Tiempo después, recaló en la Universidad de Chile donde se convirtió en emblema, figura y capitán al conquistar ocho títulos con los transandinos y entre ellos la Copa Sudamericana. Hoy, a sus 39 años juega en una categoría menor del futbol chileno en Deportes Milipilla.
