El principio de acuerdo que logró Alberto Fernández con el Fondo Monetario Internacional (FMI) generó un gran debate interno en el Frente de Todos puesto que una facción del mismo, el kirchnerismo, está en contra del entendimiento. A la cabeza de este sector está Cristina Fernández de Kirchner y su hijo Máximo, quien renunció a su rol como presidente del bloque en la Cámara de Diputados.
Sin embargo, ahora la vicepresidente puede tener un rol fundamental en su aprobación porque Silvia Lospennato, diputada de Juntos por el Cambio, reveló en LN+ la estrategia que lleva adelante el oficialismo cada vez que quiere que un proyecto suyo sea aprobado: «Cuando el kirchnerismo quiere que un proyecto salga, ingresa por el senado«, aseveró.
A su vez, la dirigente recordó que «la reforma a la Justicia Federal tiene media sanción del senado, el ministerio público y fiscal también y el Consejo de la Magistratura lo mandaron por senadores en sesiones extraordinarias», tres ejemplos que muestran que cuando la exmandataria apoya el proyecto, prioriza que pase por sus manos antes que por diputados.
En este sentido, la funcionaria remarcó que «la señal de por donde ingresa es muy importante respecto al posicionamiento de Cristina Kirchner» porque se sabe que ella no está totalmente de acuerdo con el entendimiento logrado por Alberto Fernández y si deciden que la cámara de origen sea la de diputados, queda en evidencia que al igual que su hijo rechazan acordar.
Profundizando aún más en el tema, Lospennato advirtió que incluso si llega a la Cámara de Senadores, la expresidente no querrá aparecer en la imagen de una posible aprobación así que «no sorprendería que ella en el momento de la votación no esté dirigiendo la sesión, es algo que hace siempre». De esta manera, se abren dos hipótesis sobre su rol en el proyecto.
¿Estrategia o lavado de manos? las posturas de Cristina Kirchner frente al acuerdo
Por un lado aparece la estrategia de mandar el proyecto por la Cámara de Senadores para que ya tenga media sanción y llegue con condicionamiento al sector de los diputados. En caso de que primero se trate en la Cámara Baja, queda expuesta Cristina Fernández de Kirchner que no quiere el acuerdo con el FMI aunque también se podría tratar porque no quiere salir en la imagen de la aprobación de un pacto que ella no concuerda.
De esta manera, por un lado puede ser interpretado como un movimiento político para que sea aprobado y por el otro como un «lavado de manos» de parte de la vicepresidente para que a la hora de obtener la sanción completa no salga su cara anunciando la oficialización del acuerdo. De todos modos, ni siquiera está definido la totalidad del pacto.