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POLÍTICA

El ajuste de José Luis Espert: despedir trabajadores y desfinanciar a las organizaciones sociales

El economista sostiene que hay que bajar el gasto público y acepta otras recetas que generan desempleo en el sector privado.

José Luis Espert

José Luis Espert, diputado de Avanza Libertad, manifestó que el ajuste hay que hacerlo en el sector público, sin embargo, en su propuesta dijo que las organizaciones sociales no deberían recibir ingresos del Estado, por lo tanto, sectores de bajos ingresos se verían afectados por la baja del gasto público. Además, privatizar empresas públicas significaría mayor desempleo en el corto plazo como sucedió en los 90.

«Sobran mínimo 10 Ministerios (y sus secretarías, subsecretarías, direcciones), hay 1 millón de ñoquis en provincias y municipios (que la Nación le gire menos coparticipación), empresas públicas deficitarias, pensiones por invalidez truchas, darle $0 a las organizaciones sociales, etc», sostuvo Espert en una publicación en su cuenta de Twitter.

Privatizar empresas públicas «deficitarias» implica inexorablemente generar más desempleo en el corto plazo. En un contexto económico de crisis, las personas que pierdan ese trabajo no conseguirán otro puesto fácilmente. Esto fue lo que sucedió en la década de los 90, cuando la inflación era baja, pero el desempleo superaba el 17,5%.

Un informe del Instituto Argentino para el Desarrollo Económico afirmó: «Entre los efectos negativos de la privatización se encuentra el hecho de que numerosos trabajadores pertenecientes a las empresas estatales debieron -voluntariamente o no- abandonar sus puestos de trabajo, ya que su presencia constituía una traba, tanto para asegurar una futura rentabilidad elevada a los nuevos responsables de esas empresas, como por razones de organización productiva y técnica». Esto se traduce en un ajuste a los trabajadores, algo que Espert niega rotundamente.

La otra propuesta de achicar Ministerios y echar empleados públicos de manera masiva implicaría mayor desempleo en un mercado privado incapaz de absorber nuevos empleados. En todo caso para pagarle al FMI implicaría indudablemente un ajuste en el sector privado y público. La solución al conflicto de la deuda no es un problema ideológico, sino de números y personas que sufrirán las consecuencias de las malas políticas de los últimos 10 años.

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