La renuncia de Máximo Kirchner a la presidencia de la bancada oficialista en Diputados causó un cimbronazo político dentro del Frente de Todos que puso a la coalición de Gobierno en una posición compleja ante el Fondo Monetario Internacional (FMI). El movimiento del legislador mostró un nuevo gesto de inestabilidad interna que no cayó muy bien en Washington por lo que el ministro de Economía, Martín Guzmán, trazó una hoja de ruta a seguir para enderezar el camino con dirección a cerrar un acuerdo.
La Casa Rosada sabe que tiene entre tres y cuatro semanas de “changüi” porque no se va a debatir en sesiones extraordinarias sino que será en marzo cuando el Presidente habrá el periodo de ordinarias 2022, explicó en LN+ la periodista Florencia Donovan.. No obstante, la fecha límite para que se valide el documento final con el Fondo es el 21 de marzo debido a que ese día se debe afrontar un vencimiento de 2.800 millones de dólares y Argentina no tiene recursos para afrontarlo.
Estas semanas serán claves para avanzar en las negociaciones sobre un acuerdo que el Gobierno sabe que no está cerrado, que está “en pañales”. Incluso, este es el mensaje que llega desde Estados Unidos. Este martes hubo una reunión entre Ilan Goldfan, el nuevo director para el Hemisferio Occidental del FMI, con banqueros de Wall Street donde el norteamericano les informó que con Argentina hay un ‘understanding’ y no un ‘agreement’, es decir, hay un entendimiento pero aún se maduró un pacto final.
El organismo multilateral de crédito mantiene dudas sobre dos puntos centrales que incluye el principio de acuerdo. El primero es el recorte en los subsidios de tarifas, un área que escapa al ministro Guzman y depende de la Secretaría de Energía que comanda Darío Martínez y lo subdirige Federico Basualdo, dos hombres del ala dura kirchnerista que no ven con buenos ojos apretar el destino de fondos para mantener equilibrado el precio de estos servicios.
Durante el anuncio del entendimiento, desde la Casa Rosada explicaron que se acordó con el FMI “reducir los subsidios a la energía de manera progresiva”. De acuerdo al argumento de Martín Guzmán en conferencia, las medidas previstas contemplan un aumento del 20% promedio en tarifas y la segmentación para eliminar los subsidios en los sectores de mayores ingresos. No obstante, puertas adentro hay diferencias entre el Palacio de Hacienda y la Secretaría de Energía.
La emisión, otra clave
Otro de los reclamos del Fondo es frenar la emisión. En este sentido, desde el organismo se pidió una «reducción gradual pero decidida» de la asistencia monetaria del Banco Central al Tesoro. En 2021 la asistencia culminó en 3,7 puntos del PBI, es decir, 2,7 puntos más de lo que se prevé para este año. Se estima que llegará a 0,6% en 2023 y esté cercano a 0% en el 2024.
Para ello, el titular del Palacio de Haciendo negocia “frenéticamente” con el BID y el Banco Mundial para conseguir dólares. “Esta es la misión de Martín Guzmán en la gira que emprendió ayer por la noche con Alberto Fernández», explicó la periodista Florencia Donovan.
Para dar un paso en las negociaciones, el Gobierno definió que este miércoles se cancele un segundo vencimiento de deuda con el organismo de crédito. Esta vez será un desembolso por u$s360 millones que dará un nuevo golpe a las arcas del Banco Central que vienen en caída y cerró enero con la cifra más baja desde diciembre de 2016. Con este nuevo gesto, el Ejecutivo pretende mostrarle al organismo las intenciones de avanzar en el acuerdo final.