El Gobierno nacional confirmó durante este jueves que hubo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para el pago de la deuda de 45.000 millones de dólares. El paso siguiente es que el Congreso de la Nación apruebe el proyecto, ya enviado por la Casa Rosada. Sin embargo, reapareció Mauricio Macri y se despertaron las suspicacias. Al expresidente, quien contrajo la deuda en 2018, lo pescaron junto al gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, y temen que estén planeando un boicot al entendimiento con el organismo.
“Mauricio Macri se reunió esta tarde con Gerardo Morales en un conocido restaurante de Martínez”, consignó el portal Data Clave en las redes sociales, y acompañó la publicación con tres imágenes. En dos de ellas, aparece el dirigente jujeño, mientras que en la restante, se lo ve al fundador del PRO ocupando una mesa con éste y una persona más, conversando.
Según el citado portal, la cumbre Macri-Morales “ocurrió tras la reunión del expresidente con Martín Lousteau (senador nacional), Martín Tetaz (diputado nacional) y Luciano Laspina (diputado nacional)” y el mismo día que llega al Congreso el acuerdo con el FMI”. Cabe remarcar que los tres dirigentes son economistas y figuras claves en lo que refiere al análisis en esa materia dentro de Juntos por el Cambio.
El encuentro no hace más que generar suspicacias dentro del oficialismo. De hecho, el periodista Pablo Duggan (C5N y Radio 10) replicó el posteo de Data Clave y advirtió: “Macri operando fuerte para que no se apruebe el acuerdo…”. Todo se verá a fines de la semana que viene, con fecha a confirmar, cuando el acuerdo con el Fondo se debata en el ámbito legislativo.
Mientras tanto, en la oposición prima el suspenso sobre cómo votará
En este marco de incertidumbre sobre cómo será la votación, en Juntos por el Cambio siguen postergando el sentido de su postura respecto al acuerdo con el FMI. Durante una conferencia de prensa en el salón de Pasos Perdidos de la Cámara baja, el presidente del bloque del PRO, Cristian Ritondo, estiró la intriga y aclaró que no habrá ninguna decisión hasta tanto no leer la letra chica del acuerdo.
Para colmo, en el documento oficial que entregó el titular de Diputados, Sergio Massa, trascendió que el proyecto contiene apenas tres artículos donde están expresados vagamente los principios generales del acuerdo, y se precisan además los plazos de vigencia. Con lo cual, lo fundamental estará plasmado en los anexos, donde, por ejemplo, se especifica la política de ajuste de tarifas y el sendero de reducción fiscal.
De todas formas, el titular del bloque Evolución Radical, Rodrigo de Loredo, expresó: “Tenemos un espíritu muy responsable, no queremos poner trabas”. Otro que dio pistas de acompañar la iniciativa es el presidente del bloque de la Unión Cívica Radical, Mario Negri, quien dio pistas de que el radicalismo se encaminaría a acompañar el proyecto, al acompañar un mensaje en Twitter con el hashtag #NoalDefault.
En cambio, Ritondo se quejó: “Tenemos una hojita”. Al mismo tiempo, aclaró que todavía “no” es posible “aventurar cuál es el compromiso de la Argentina” para los próximos años y por ende cuál podría ser la postura opositora. De esta manera, hay un sector (aparentemente el macrista) que presiona para lograr rechazos o al menos abstenciones en la oposición, para no facilitarle la tarea al Gobierno y que sea el oficialismo el único responsable de juntar los votos.
El discurso de Alberto, ¿una “bomb* de tiempo”?
Luego del discurso del presidente Alberto Fernández ante la Asamblea Legislativa y la retirada de sus legisladores, el PRO se reunió en la casa que alquila Macri en Acasusso para estudiar el acuerdo con el FMI. Allí dejaron trascender que la aprobación del memorando con el organismo “es una bom*a de tiempo” para el próximo Gobierno porque reprograma los vencimientos de deuda a partir del 2026.
“Básicamente, el acuerdo mantiene inalterado el corazón de la política económica del kirchnerismo: el cepo cambiario, las retenciones, las trabas a la exportación, la altísima presión impositiva y las regulaciones anti-empleo y anti-inversión. Es decir, no cambia nada del núcleo de políticas del kirchnerismo”, objetó justamente el ya mencionado Laspina, del núcleo duro del PRO.