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ESPECTÁCULO

«Marcó mi vida para siempre»: Florencia de la V compartió una anécdota de Carnaval

La conductora hizo un descargo especial en sus redes sociales.

Florencia de la V

A pesar de sus responsabilidades en América TV, Florencia de la V sigue actualizando sus redes sociales con frecuencia. Este martes, la conductora de «Intrusos» compartió una anécdota alusiva al Carnaval y recordó un momento especial que vivió en la festividad cuando solo era una niña pequeña.

«De chica, las vacaciones y el verano eran todo para mí. Cada año iba descubriendo nuevas celebraciones: el carnaval fue una de las que más disfruté y, puedo decir hoy, de las más importantes. Al principio, solo se trataba de jugar con agua y con las viejas y queridas bombuchas, hasta que un día de mucho calor en que volvía de la plaza hacia mi casa, todo cambió», arrancó Flor.

Y añadió: «Me acuerdo de que iba caminando cuando escuché una música a lo lejos que jamás había oído antes, un ritmo muy pegadizo que me llevaba hacia él de manera hipnótica. Al acercarme vi un tumulto de gente que miraban a un grupo de muchachos y jóvenes de diferentes edades tocando tambores, redoblantes, instrumentos de viento de diferentes tipos. Le pregunté a chico que observaba como yo quiénes eran y qué hacían. Recuerdo que me respondió que eran Los Dementes De La Loma, una comparsa muy conocida de la zona».

«Ellos estaban ensayando porque el fin de semana se iban a presentar en el corso de Llavallol. Su ritmo me volvió loca, era como si la música te hiciera entrar en trance. Unos pibes bailaban sin parar como poseídos, saltando y moviendo sus cuerpos de manera muy especial. Eran los murgueros. Nunca había ido a un corso, no sabía ni lo que era. Solo estaba segura de que no me lo perdería por nada. Ese finde convencí a mi familia de ir», recordó la famosa.

Por otro lado, señaló: «Antes de salir estaba chocha: con una bolsa de caramelos en la mano, sentía que iba a ser una noche inolvidable, y así lo fue. Marcó mi vida para siempre. El corso estaba armado en la calle principal de mi barrio. A lo lejos, ya podías notar el tumulto de gente caminando hacia las luces como polillas en la noche.».

«Los privilegiados que vivían en esas cuadras sacaban sillas y banquetas para ver el espectáculo en primera fila. Nunca había visto las calles así iluminadas, cientos de focos de colores colgaban como guirnaldas, dándole marco a lo que sería el escenario para las comparsas. La gente estaba alegre, lxs niñxs corrían por todos lados y jugaban con espuma», expresó para terminar.

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