En la madrugada de este viernes, Rusia atacó la central nuclear de Zaporiyia, la más grande de Europa, que se encuentra en el centro de Ucrania. Ante este panorama, el politólogo Juan Negri calificó a la guerra entre ambos países como «muy preocupante y bastante inesperada» y en conscuencia, aseveró que «el conflicto está tomando un cariz cada vez más dramático». Frente a ese contexto, se centró en el accionar del presidente ruso, Vladimir Putin.
Esta mañana en diálogo con Pepe Gil Vidal, que conduce el ciclo Un Café con Pepe en CNN Radio, el entrevistado sostuvo que la situación «en el corto plazo va a empeorar» y remarcó que seguirá hasta que Putin pueda por lo menos tener el control sobre el territorio ucraniano. En ese sentido, explicó que antes el mandatario exigía modificaciones geopolíticas de forma pasiva, pero ahora decidió pasar a la acción.
En consecuencia, aseguró que el jefe de Estado «está buscando un cambio en la arquitectura militar europea por la fuerza y no va a parar hasta lograrlo» y acerca de si las represalias que están tomando los demás países podrían hacerlo desistir, el profesional aseguró que «hasta que Putin no logre sus objetivos, no se va a sentar en la mesa de negociación».
Frente a ese panorama, explicó que en lo que refiere al plano geopolítico, Estados Unidos se posiciona como un eje fundamental de la OTAN y añadió que el organismo es, sin lugar a dudas, a quien Rusia está enfrentando. A la vez, que el Gobierno de Putin también está en una disputa con el país norteamericano en lo que refiere al poder.
En ese marco, si bien admitió que el buen vínculo entre Putin y (Donald) Trump puede haber influído, aseveró que el origen del conflicto se halla en Zelensky (el presidente de Ucrania) y su gran sentimiento contra Rusia. Acerca del rol de la Unión Europea, explicó que la dificultad se encuentra en que no están claro los liderazgos.
En esa línea, Negri indicó que hasta hace poco tiempo, Angela Merkel ocupaba el rol de la representante de facto, pero en la actualidad no hay alquien que ejerza ese rol, más allá de la intención del mandatario de Francia, Emmanuel Macron de intercerder en el conflicto. Por lo tanto, consideró que «Merkel podría haber cambiado la unidad del bloque, unificar el frente, pero no hubiese podido impedir la invasión» y remarcó que «pareciera que no hay líderes en Europa».
