Para todos los hinchas de Boca no hay dudas: Roberto Abbondanzieri es uno de los mejores arqueros que tuvo el club de la Ribera en toda su historia. Comenzó como suplente, se ganó su oportunidad y demostró estar a la altura de las circunstancias, siendo figuras en muchos títulos importantes. Por eso se generó una gran sorpresa cuando el «Pato» dijo en qué aspecto siente que Agustín Rossi es mejor que él. ¿Tiene razón?
En una extensa entrevista con «Líbero Versus» (TyC Sports), el mítico guardameta hizo varias confesiones llamativas. «No soy un especialista en atajar penales. Para mí, el especialista era (Sergio) Goycochea. Cuando tenía 11 años y atajaba en Argentino Las Parejas y en una selección de la liga cañadense me sacaban a los 90 minutos para poner al arquero suplente a atajar penales cuando iban a definiciones», reveló.
Además, recordó la única tanda de penales en la que se fue frustrado, más allá de la derrota que recibió: «Mi única espina de los penales fue en la Copa América 2004 cuando no le pude adivinar uno a los brasileros». Sobre su forma de vivir los penales, sostuvo: «Nunca me tranquilizaba tanto como cuando había definiciones por penales. Estaba tan cagado para arrancar un partido y no así en los penales…».
El elogio para Rossi
Así como el gran sello de Abbondanzieri en Boca fue su jerarquía de héroe en cada tanda de penales, de a poco Agustín Rossi va por el mismo camino. En 2021, el guardameta fue clave en los duelos ante River y en el título en la Copa Argentina por su gran presencia en las definiciones desde los doce pasos. Y terminó siendo una garantía para sus compañeros y para todos los hinchas cuando llegaron esos momentos.
Para la sorpresa de todos los fanáticos, el «Pato» cree que hay varios aspectos en donde Rossi es mejor que él a la hora de atajar penales. «Tiene mejores cosas que yo porque ataja bastante. Eso es algo bueno que tiene un equipo como Boca porque el rival sabe que va a atajar Rossi y te da un poco miedo porque no sabés dónde tirarla», aseguró el mítico guardameta azul y oro. Un elogio que ni Agustín esperaba.